Miguel Falomir, hoy en el Museo del Prado
Miguel Falomir, hoy en el Museo del Prado - EFE

El objetivo del Prado, que el Estado aporte 20 millones de euros anuales

Se espera que los recursos públicos pasen del 28% del presupuesto total del museo, como ocurre actualmente, al 40%

En 2020 habrá una exposición dedicada a Fernando Zóbel y otra sobre réplicas, copias, pastiches y falsificaciones en las colecciones del Prado

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El Patronato del Museo del Prado aprobó en su sesión plenaria celebrada el pasado lunes su Plan de Actuación para los próximos cuatro años (2017-2020), que hoy ha sido presentado por el director de la pinacoteca, Miguel Falomir, acompañado por la directora adjunta de Administración, Marina Chinchilla. Son dos los programas extraordinarios incluidos en dicho Plan: la celebración del bicentenario del museo en 2019, considerado de excepcional interés público (se presentarán las actividades antes de junio, una vez sean aprobadas por la comisión creada a tal efecto) y la culminación del Campus del Prado con la ampliación del Salón de Reinos, cuya ejecución de obra costará 30 millones de euros (más IVA) y cuya inauguración está prevista para 2021.

En lo referente a la colección permanente del museo, está previsto un nuevo montaje del Tesoro del Delfín en la zona norte de Villanueva (que cuenta con el asesoramiento de Rafael Moneo y la vitrina curva más grande jamás fabricada), así como la reapertura de las salas del ala norte en la segunda planta (de la 76 a la 84), donde se instalará la pintura flamenca y holandesa del siglo XVII. Entre ellas, las obras que hizo Rubens para la Torre de la Parada. Además, se trasladará la «Apoteosis de Claudio» de la rotonda baja de Goya (donde irá pintura española del Renacimiento) a la entrada de Velázquez; se recuperará la Galería Jónica norte de Villanueva para escultura clásica y se remodelarán las salas de pintura europea del XVIII. También está previsto catalogar toda la colección de marcos.

Restauraciones

Falomir anunció que la Cátedra del Prado de este año estará dedicada a la restauración en el museo. Por primera vez será una cátedra colectiva. Y hablando de restauración, entre las obras que pasarán por el taller para su puesta a punto, algunas obras que formaron parte del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, como «La defensa de Cádiz», de Zurbarán; «Socorro de Brisach», de Jusepe Leonardo; e «Isabel de Borbón a caballo», de Velázquez y taller. También pasarán por allí joyas como «La Anunciación» de Fra Angelico, dos Tizianos («Ecce Homo» y «Dolorosa con las manos abiertas»), «El Juicio de Paris», de Rubens; «El triunfo y la muerte», de Pieter Bruegel el Viejo; «Judit en el banquete de Holofernes», de Rembrandt; la «Madonna Duran» de Van der Weyden... Entre los proyectos de investigación puestos en marcha se llevará a cabo un estudio y catalogación de las Pinturas Negras de Goya.

Exposiciones temporales

Para este año, además de la exposición de los tesoros de la Hispanic Society, que abrirá sus puertas al público el próximo martes, habrá muestras dedicadas a Mariano Fortuny y a Cai Guo-Qiang. Para 2018, «Rubens, pintor de bocetos», «Pintura sobre piedra», «Lorenzo Lotto. Retratos» y «Bartolomé Bermejo». Y para 2020, entre otras, una exposición de Carracci, otra de Fernando Zóbel, centrada en su faceta de coleccionista de dibujos y dibujante (se llevará a cabo en colaboración con la Universidad de Harvard y la Fundación Juan March), y una que se prevé muy interesante sobre réplicas, copias, pastiches y falsificaciones en las colecciones del Prado. La programación del bicentenario en 2019 se presentará más adelante. No faltarán exposiciones internacionales con fondos del Prado: los dibujos de Goya se verán en la National Gallery de Victoria (Melbourne) y una selección de pinturas del Siglo de Oro viajará a Japón (primero a Tokio y después a Kobe).

Visitantes

El visitante será uno de los objetivos prioritarios en la nueva etapa del Prado, que hará esfuerzos por mejorar la calidad de la visita al museo. El objetivo de Falomir es atraer nuevos públicos y crear nuevas modalidades de visita, así como reforzar tanto el programa educativo como el Prado digital. Cree que es preciso rejuvenecer los visitantes del museo, así como ampliar la base social («Estoy seguro de que proceden de códigos postales limitados»). Si Mahoma no va a la montaña... la Montaña (o sea, Mahoma) irá en busca de esos nuevos públicos.

Situación financiera

Sobre la perspectiva financiera del Prado (actualmente cuenta con un presupuesto que ronda los 46 millones de euros y una autofinanciación de un 72%), se prevé que en 2020 el presupuesto sea de unos 50 millones. Para los responsables del museo, la situación ideal es que la autofinanciación sea de un 60% (30 millones) y la aportación del Estado de un 40% (20 millones). Actualmente aporta 13,7 millones. «El Prado, como todos, se ha tenido que ajustar el cinturón en los últimos años, pero confío en la receptividad del Ministerio de Cultura y en su voluntad de aumentar el presupuesto del museo», advierte Miguel Falomir.

El objetivo del Prado para los próximos cuatro años es reducir el recurso al Remanente de Tesorería, que descendió en un 73% de 2013 a 2016; desbloquear las medidas de contención del gasto (cobertura y datación de nuevas plazas, mejorar las instalaciones, impulsar nuevas actividades y campañas publicitarias y recuperar la duración y periodicidad de las exposiciones temporales) y conseguir una mayor aportación de la sociedad civil, impulsando nuevas modalidades de patrocinio como el micromecenazgo.

Velázquez, Tiziano y Rubens, juntos

Sobre el anuncio hecho recientemente de que la Colección de Alicia Koplowitz –actualmente expuesta en París– viajará en julio al Museo de Bellas Artes de Bilbao, asegura Falomir que nunca se ha planteado que dicha colección pudiese haberse expuesto en el Prado. Se da el hecho de que Koplowitz es patrona del Prado y Zugaza su director durante los últimos 15 años.

Como ya anunció, no es partidario Miguel Falomir de criterios tan rígidos para mostrar la colección como hacerlo por escuelas nacionales:«No es un atentado que Velázquez, Tiziano y Rubens estén juntos. La colección del Prado tiene personalidad propia y debe defenderse su singularidad. No está hecha por historiadores del arte, sino por coleccionistas de los siglos XVI y XVII. La colección tiene huecos en la Historia del Arte (Rembrandt, los primitivos italianos...), pero atesora 90 Rubens, 40 Tizianos, el 80% de la producción de Velázquez, lo mejor del Bosco... Es única»

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