George Herriman, un icono de la historieta

El mítico dibujante norteamericano y su tira de culto «Krazy Kat» protagonizan una retrospectiva en el Museo Reina Sofía

«Krazy Kat». Dibujo original de George Herriman para tira diaria de periódico. 25 de abril de 1944 COLECCIÓN DE CHRIS WARE Y TIMOTHY SAMUELSON
Natividad Pulido

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Pese a que hace muchos años el pop y antes, incluso, Toulouse-Lautrec con sus carteles difuminaron las fronteras entre baja y alta cultura , los museos han sido muy elitistas a la hora de abrir sus puertas a todo aquello que no encajaba en el canon de las Bellas Artes. Es el caso del cómic , uno de los lenguajes artísticos hoy más populares. Considerado el noveno arte, no es por ello menor que las ocho artes que lo preceden. Raro es hoy el museo que no le hace hueco, de una u otra manera, en su programación. El Prado , por ejemplo, ha seguido los pasos del Louvre y edita una colección de cómics. Acaba de publicar uno de Montesol sobre Fortuny, pintor a quien la pinacoteca española dedicará una gran monográfica en noviembre.

En su meteórico arranque de temporada (va este mes a exposición por semana), el Reina Sofía acoge el trabajo de quien está considerado el mejor historietista de todos los tiempos. Trae bajo el brazo la que, para muchos, es la mejor tira cómica de la Historia. Hablamos de George Herriman y «Krazy Kat» , un icono de la cultura norteamericana , que dejó de ser un cómic para convertirse en una obra de arte. Es un caso curioso, pues contó con el respaldo de la intelectualidad, pero fue incomprendido por el gran público. Y, pese a no tener éxito comercial, se publicó durante tres décadas (de 1913 a 1944) en los periódicos del magnate de la prensa William Randolph Hearst , mecenas del humor gráfico y de Herriman.

George Herriman en su mesa de trabajo ABC

Ilustres fans

Según Walt Disney , «su estilo único de dibujo y su increíble galería de personajes no solo trajo un nuevo tipo de humor al público norteamericano, sino que fue una fuente de inspiración para cientos de artistas». Es impresionante la lista de fans incondicionales de «Krazy Kat». De artistas como Willem de Kooning, Philip Guston y Picasso (que solía leer la tira con Gertrude Stein y, al parecer, influyó en la creación de su obra «Sueño y mentira de Franco») a cineastas como Frank Capra y Fritz Lang o escritores como Cummings, T. S. Eliot, Umberto Eco y Jack Kerouac. Para este último, «Krazy» es el verdadero padre de los chicos malos de la Generación Beat .

Pero, ¿qué hace tan especiales a este ilustrador y a esta tira cómica? La exposición del Reina Sofía, comisariada por Rafael García y Brian Walker y que reúne 160 obras –dibujos originales y páginas de los periódicos donde se publicaron–, trata de responder a esta pregunta. Para Herriman, el texto era tan importante como el dibujo. Mezcla en sus tiras palabras en francés, inglés, español y yiddish. Además, destaca su fina ironía , el juego de líneas y formas, de colores y sonidos, referencias a la literatura clásica, unos diálogos que parecen fábulas, así como la mutación de roles e identificaciones .

El gato enamorado del ratón

Así ocurre en el mítico «Krazy Kat», donde hay una inversión de papele s en el trío protagonista. Un gato ( Krazy ) está enamorado locamente de un ratón ( Ignatz ). Éste le rechaza lanzándole ladrillos a la cabeza, algo que el gato entiende como un símbolo de amor correspondido. El tercero en liza es un perro policía ( Ofissa Pupp ), admirador secreto de Krazy y que se dedica a perseguir a Ignatz. La historia se desarrolla en el condado de Coconino, en Arizona . Lo que aparentemente es una trama sencilla e incluso absurda (tiene tintes surrealistas , años antes incluso de que Breton firmase el Manifiesto Surrealista) es, en realidad, muy compleja. Ha dado lugar a lecturas de muy diversa índole.

«Krazy Kat», de George Herriman. Página completa de periódico. 20 de diciembre de 1942 COLECCIÓN DE PATRICK MCDONNELL Y KAREN O'CONNELL

Por un lado, se aborda desde el punto de vista racial . Aparentemente, el gato Krazy es de raza negra (se intuye por su forma de hablar y el banjo de calabaza que toca). El propio Herriman es de origen afroamericano . Nació en Nueva Orleans, donde había una amplia comunidad criolla. Su abuela era negra. Pero, debido a las leyes segregacionistas, su familia decidió marcharse a Los Ángeles en 1890. Se instalan en un barrio para blancos. El pequeño George, de 10 años y cuya tez no le delata, estudia en un colegio católico y, desde entonces, juega a ser otro. Oculta sus orígenes afroamericanos . De haberse sabido, ni hubiera podido casarse con una mujer blanca, Mabel Bridge, ni haberse instalado en una casa de Hollywood Hills, vetado para mestizos y negros. Algunos estudiosos creen que el ratón Ignatz representa la supremacía del hombre blanco y heterosexual. Y es que, aparte de la interpretación racial del célebre cómic, ha habido otra que se basa en la indeterminación de género. Herriman dibujó a Krazy sin sexo definido : unas veces era gato y otras gata. Ambigüedad que ha dado pie a que los colectivos homosexuales se vieran reflejados en este juego metafórico. «Las jerarquías, identidades y roles preestablecidos se desarman y desactivan en la obra de Herriman», comenta Rafael García.

Nacen Krazy e Ignatz

«Krazy Kat», de George Herriman COLECCIÓN GARRY TRUDEAU

¿Cuál es el origen de Krazy e Ignatz? George Herriman deja Los Ángeles y se instala en Nueva York. Creó para el «New York Evening Journal» una tira, «The Dingbat Family» , que se publica por vez primera el 20 de junio de 1910. Pocos días después veíamos a un ratón que le tiraba un objeto a un gato. En agosto vuelven a aparecer en un tira titulada «The Family Upstair» . Como cuenta el propio Herriman, fue un chico de los recados del periódico el que le dio la idea. Al verlos comentó que eran unos personajes muy graciosos. Ello le animó a que tuvieran vida propia. Nació como tira propia diaria el 28 de octubre de 1913. Desde abril de 1916 se publicaría una historieta semanal a toda página y, a partir de 1935, ya en color. La última aparición de «Krazy Kat» fue el 25 de junio de 1944 .

George Herriman muere ese año a causa de una insuficiencia hepática . Dejó sobre su mesa seis dibujos inacabados. Tres de ellos cuelgan en la exposición, junto a otros de sus trabajos, como «Baron Bean», «Now Listen Mabel» o «Us Husbands». Ninguno superó a «Krazy Kat». Hearst no quiso que otro dibujante continuara la serie.

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