El bigote de Dalí se convierte en pieza de museo

El bigote de Dalí, ese mostacho siempre enhiesto y perfectamente curvado hacia el cielo que su portador masajeaba con aceite de dátil, fue y sigue siendo uno de los grandes símbolos del surrealismo.

Unos bigotes dalinianos antes de que la palabra empezase a utilizarse con incomparable alegría que ahora se revelan como atractivo objeto artístico gracias a la exposición «Variants Dali's Mustache», una muestra que reúne en el Teatro Museo Dalí de Figueres 23 fotografías, todas ellas con esos inverosímiles bigotes como protagonistas, tomadas por el fotógrafo y amigo del artista catalán, Philippe Halsman.

Y es que si alguien supo capturar a Dalí y, por extensión, a su espigado y alambicado mostacho, fue Halsman, autor de algunas de las imágenes más icónicas de la historia de la fotografía -su serie «Jump Pictures» o sus retratos de Einstein y Hitchcock son de visionado casi obligado- y responsable de un completo catálogo de instantáneas del genio surrealista.

La exposición, que podrá visitarse hasta el 31 de diciembre, responde también a la voluntad de que Dalí entrara en su propio museo, ya que hasta el momento no había ninguna fotografía suya. Ahora, con «Variants Dali's Mustache», no solo se ha corregido la laguna, sino que se ha hecho de la mejor manera posible: dejando que sea su bigote el que presente al propio Dalí.