Andreas Gursky, las masas y la fotografía de gran formato

A Gursky nunca le interesó el individuo en sí, sino las masas, la especie humana, los grupos y el entorno

«99 Cent», de Andreas Gursky

Giuseppe Tringali

Esta semana hablaré con Sofía Urbina sobre Andreas Gursky , quien está considerado como uno de los fotógrafos más relevantes de nuestro tiempo. Andreas Gursky nació en el año 1955 en la ciudad de Leipzig. En sus fotografías de gran formato recoge una infinidad de detalles de la vida contemporánea.

Gursky utiliza técnicas de manipulación digital con el objetivo de dar evidencia a lo que existe en nuestro entorno. Con sus obras Gursky es capaz de unir, integrándolas, la fotografía tradicional y la fotografía digital . Su obra mezcla lo temático con lo formal y cuenta que el mundo, por su naturaleza, sigue evolucionando.

Sofía nos cuenta que Gursky creció en un ambiente influenciado por la creatividad de la imagen, ya que tanto su padre como su abuelo habían sido fotógrafos publicitarios. Durante los años 80, Gursky estudió en la famosa escuela de Dusseldorf con Bernd Becher. Después de graduarse, se centró en fotografiar paisajes urbanos, tanto interiores como exteriores, y comenzó a aumentar el tamaño de sus impresiones de gran formato.

A Gursky nunca le interesó el individuo en sí, sino las masas, la especie humana, los grupos y el entorno . Es precisamente en sus fotografías donde se aprecia la inmensidad en contraste con la pequeñez de lo humano. Para realizar sus obras utiliza grúas, helicópteros, aviones y se sube hasta la parte más alta de los edificios, presentando la amplitud y la perspectiva como nadie lo había hecho antes.

También la repetición juega un papel muy importante en su obra. En sus fotos aparecen a menudo acumulaciones de objetos similares que, a pesar de la complejidad evidente, mantienen un orden implícito. Gursky nos sumerge en un mundo sin jerarquía, en donde todos los elementos tienen la misma importancia. Sus fotografías tienen una gran calidad pictórica. La obra de «Rhein II» , que representa una vista del rio Rin manipulada digitalmente resultando en una imagen exquisita, romántica y nostálgica alcanzó el record de subasta de 4,3 millones de dólares en el año 2011.

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