Andrés Pascual
Andrés Pascual - Isabel Permuy

Diez lecciones para ser feliz, en el Aula de Cultura ABC

Andrés Pascual, autor de «El viaje de tu vida», habla de que «nunca es tarde para perseguir lo que amas»

Madrid Actualizado: Guardar
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Hace apenas dos años, Andrés Pascual (Logroño, 1969) era un abogado de provincias que deseaba ser escritor. Tenía ya cinco novelas publicadas, pero solía sentarse a escribir después de cenar, cuando su trabajo en el despacho se lo permitía. Ahora tiene un guion en Hollywood, media docena de títulos y presenta «El viaje de tu vida», un libro donde explica las enseñanzas que le ayudaron a dar ese volantazo y cambiar la toga por una vida mejor.

Su testimonio y su peripecia vital serán hoy el eje del Aula de Cultura ABC. A partir de las 19.00 horas en el Espacio Bertelsmann (calle O'Donnell, 10), Andrés Pascual impartirá una conferencia centrada en la tesis «Nunca es tarde para perseguir lo que amas», subtítulo de su último libro y teoría que defiende allí por donde va: «Mi mensaje es esencialmente optimista porque creo que bastante se empeña el mundo en decirnos que no hay lugar para los sueños como para que nosotros también nos torturemos con la misma idea», explica.

«Yo soy el vivo ejemplo de que se puede redirigir la vida y de que los sueños se pueden alcanzar».

El autor, cuyos libros ha publicado en su mayoría Plaza&Janés, no se considera ni un gurú ni un autor de autoayuda: «No existen pócimas milagrosas para sacarnos de los hoyos en los que a veces creemos estar metidos». Pascual se presenta sin ningún tipo de vanidad para compartir las enseñanzas que ha retenido después de viajar por el Tíbet, Sudáfrica, India o Etiopía. Diez destinos de los que ha obtenido otras diez valiosas lecciones.

«Recuerdo el primer viaje a Sudáfrica, donde me enseñaron el grito de Nelson Mandela, que decía “Soy el amo de mi destino”. En aquel momento pensaba que aquel grito solo servía para gente especial o para las películas. Fue en un segundo viaje al Tíbet cuando, de la mano de los lamas, comprendí que no solo tenía derecho a forjarme un sueño, sino que tenía la obligación de forjarme ese sueño», recuerda Pascual. «Los lamas me regalaron un segundo grito. Me dijeron, “No me cuentes lo que vas a hacer, hazlo”. Entonces me dije, “Pues mira, si no puedo escribir mil páginas al día, escribiré una página cada mil días”». Y hasta hoy.

Su propuesta es aprovechar el tiempo que tengamos, pero sin caer en un «Carpe diem» bobalicón. Siempre es mejor ir despacio que no ir nunca. Porque no hay cosa peor que arrepentirse de lo que nunca hicimos por miedo, vergüenza o autocensura.

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