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Las cajas de música, un pequeño mundo de fantasía

Algunas son verdaderos clásicos y en las que todo el mundo piensa cuando se nombran y otras son de lo más imaginativas. Estas pequeñas obras de arte tienen un mundo por descubrir que va desde lo más simple a lo más complejo.

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Realmente una caja de música «es todo lo que tiene música» nos explica Jesús Martínez, de Rincón Musical, aunque lo más comercial «suele ser el joyero con bailarina», todo un clásico. Sin embargo, tras eso que es en lo que todo el mundo piensa cuando se le nombran las cajas de música hay todo un mundo por descubrir como «las bolas de agua con música, que es lo más coleccionable, o los tiovivos de porcelana o resina». También podemos encontrarnos los relojes de cuco con todo tipo de escenas e incluso verdaderas obras de ingeniería como podemos ver en el vídeo con unas esferas que imitan el canto del colibrí a través de unos pájaros mecánicos que se mueven al darles cuerda.

Sin embargo, las virguerías no acaban ahí. Muchas de las cajas de música que podemos encontrar recrean escenas navideñas o de circo en las que no falta detalle: el tiovivo con sus caballitos y sus luces, los coches de choque que dan vuelta al son de la música o la noria que gira recreando esas ferias de principios del siglo pasado y todo para deleite del curioso. No vayan a creer que estos artículos son para niños si no que nos cuentan que la gran mayoría los compran coleccionistas y gente que quiere hacer un regalo original. Si ese es su caso, hay precios para todos los bolsillos «las cajas clásicas pueden estar entre 60 y 200 euros que es lo que vale un joyero elaborado y después tenemos artículos desde 15 euros».

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