la larga guerra del siglo xx. Guerra fría (XLV)

Testigos directos en ABC: «Mayor tensión en Berlín»

El periodista José María Massip relata en esta crónica publicada en el periódico el 2 julio de 1948, cómo se va sobrecargando la atmósfera que se vive en la capital alemana

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«La tensión aquí sigue alta en el problema de Berlín. El acuerdo soviético de abandonar la Kommandatura ber­linesa ha recargado esta tarde la atmósfera de la crisis alemana, porque los rusos han dado otro paso en el bloqueo berlinés. [...]

Dentro de la gravedad de la situación, se estima como un factor de primera importancia en el desarrollo de esta peli­grosa crisis [...] la abierta reacción del pueblo berlinés ante los esfuerzos angloamericanos para abastecer la capital bloquea­da. Los informes que posee hoy el Foreign Office y las noticias de los corresponsales destacados en Berlín coinciden en que el espíritu de la población civil es de una intensa gratitud ante la llamada «operación Carter Paterson».

En el aeropuerto de Gatow, en el sector británico, había esta tarde largas colas de alemanes, hombres y mujeres, ofreciéndose para ayudar a la descarga de los aparatos que aterrizaban cada tres minutos en las pistas, y un corresponsal describe este espíritu como «histéricamente agradecido».

En general, la población civil se mostraba hasta el presente apática y remisa frente a las fuerzas de ocupación, pero en pocos días esto ha cambiado, porque el pueblo berlinés siente hoy ligada su suerte a la de Occidente y sabe que el inmediato futuro puede depender de la interminable cadena de aparatos de transporte que cruza los cielos de la capital día y noche.

Los reflectores que estas noches iluminan el cielo en Tempelhof y Gatow se han conver­tido, para la población civil, en luces de esperanza. Los rusos son «imprevisibles», pero su instinto político no dejará de reco­ger lo significativo de esta reacción de la masa civil berlinesa ante el bloqueo. Por lo demás, [...] forzado el bloqueo de Berlín con esa magna operación aérea [...] destinada a alimentar una población de más de dos millones de habitantes, las posiciones están, por lo menos, claras. El Kremlin tiene ahora la palabra, y los hombres de Moscú saben que con este grado de tensión y con centenares de aviones en el cielo de Berlín, un incidente podría provocar una catástrofe.

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