ENTREVISTAJosé Luis GómezActor y director de La Abadía

«Almagro es un sitio bendito, tiene el punto justo»

Tras recibir el premio Corral de Comedias, Gómez asegura que «mi vida cotidiana es una lucha contra la entropía, pero en el escenario me siento totalmente seguro”, afirma en entrevista con ABC

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Este fin de semana presenta sus «Entremeses» en el escenario más emblemático de Almagro, el Corral de Comedias. José Luis Gómez (Huelva, 1940) no escatima palabras de elogio para el único evento cultural dedicado en exclusiva al Siglo de Oro, el momento de mayor explosión de la lengua española. La entrevista se realiza unas horas antes de estrenar su montaje.

—Tiene usted tantos premios y ha sido candidato a tantos otros qué parece difícil que todavía se emocione con otro más. ¿Qué ha significado para usted recibir el Corral de Comedias?

—Es muy difícil de explicar. Ya dije que este Festival es el único dedicado al mejor momento de la Lengua Española, el Siglo de Oro, y la lengua y cómo generar habla en el escenario ha sido para mí fundamental por razones de vida.

Además Natalia Menéndez, aparte de ser una directora del Festival insólita es una persona que ha urdido estos premios de una manera muy delicada. Y las personas que han venido a acompañarme, Miguel Sáez, Juan Cruz y Blanca Portillo, han sido personas muy importantes para mí. Y mis compañeros, por los que siento un afecto forjado por el sudar juntos en la sala de entrenamiento durante mucho tiempo y por compartir los problemas, algo que en otros sistemas de teatro no existe, pero en La Abadía sí. Todo eso se produjo el pasado jueves como un florecer, por eso tenía preparado lo de Pepito Desastre porque me temía algo parecido. Significa un tipo de reconocimiento que va más allá de lo profesional. Pero he tenido mucha suerte en la vida y me han reconocido mucho.

—Suerte también de dedicarse a esta profesión que vive un momento muy delicado. Y llegamos a Almagro que es, durante este mes una especie de oasis. ¿Qué siente al estar aquí?

—Es muy grato estar aquí. Almagro es un sitio bendito, este festival es un sitio bueno, tiene el punto justo. La gente invade las calles pero estamos en una ciudad sosegada. Es un deleitosísimo estar.

—¿La situación del sector es grave?

—Con un 21% de IVA es imposible, el teatro está sobreviviendo ahogado gracias al talento y el empeño de los artistas. Está sobreviviendo con mucha creatividad. Pero la situación es injusta. Hay una famosa anécdota de un rey de Dinamarca cuyo estado estaba en crisis y el ministro de Finanzas le expone al rey la situación muy angustiosa del país y le dice que hay que recortar. El rey le dice que le sugiera dónde. Somos un país pequeño, dice el ministro, y tenemos 500 bibliotecas públicas, yo empezaría por dejar la mitad. Y entonces ese rey dijo: «busquemos otro sitio porque si somos tan pobres no nos podemos permitir el lujo de ser además tontos». Con eso ya está dicho todo.

—¿El cambio político le da esperanza?

—Da cierta esperanza cómo no, pero como dicen los sabios ya se verá. Las cosas se tendrán que traducir en hechos y deben ser cosas posibles de acuerdo a nuestras posibilidades económicas y a nuestra deuda.

—¿Qué es lo que le queda por hacer o qué le gustaría hacer?

—Cumplir bien el camino que llevo, con decencia, fiel a mis convicciones y trabajando para mi país. Creo que estoy en el mejor momento de hacerlo. Todavía hay vigor físico y siento una madurez que no tenía antes.

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