«Los ataques de enjambres de abejas son muy raros»

Los apicultores dudan que el ataque a una mujer en Méntrida sea por este tipo de insectos

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Apicultores experimentados cuestionan que el ataque sufrido por una mujer en Méntrida haya sido producido por abejas (apis mellifera), dado que este tipo de sucesos son «muy raros» y «poco frecuentes» a no ser que antes se haya manipulado o atacado previamente a la colonia de abejas.

En declaraciones a Ep, el presidente de la Asociación Española de Apicultores, Miguel Ángel Casado, pone en duda que el suceso haya sido producido por abejas, sino por avispas, ya que estos insectos únicamente reaccionan si sufren una molestia o si quieren apartarlas o eliminarlas.

Así, dice que en ocasiones se pueden producir ataques por enjambres instalados en falsos techos, paredes o salidas de chimenea, al tratar de ser eliminados por cuenta propia, sin acudir a especialistas.

Por ello, insiste en que este de Toledo, es «un caso muy raro» porque incluso cuando hay un enjambre que ha salido de una colmena con una población de hasta 20.000 abejas volando juntas «no pica». De hecho, los apicultores recogen sin careta y guantes un enjambre ya que, en esos momentos, las abejas tienen el buche lleno y no pueden doblar el abdomen para picar.

«Un ataque así, sin causa aparente, por abejas no lo había oído casi nunca. Sería prácticamente imposible», insiste, ya que un enjambre se suele posar a un metro y medio de altura, no en el suelo, a diferencia de las avispas, que pueden hacer nidos en el suelo. Además, recuerda que las colmenas no pueden estar pegadas a un camino sino, dependiendo de la normativa autonómica, a unos 50 metros de distancia de media.

En todo caso, cree que si son abejas, puede ser que los afectados no fueran expertos y encontraran una caja de colmena y la abrieran sin protección por curiosidad. Por ello, subraya la importancia de que los no apicultores no se acerquen a «curiosear» las colmenas que están señalizadas y, si observan un enjambre, avisen a apicultores, Guardia Civil o Bomberos.

Casado indica, además, que los apicultores deben llevar el traje de apicultor, con buzo, careta y guantes de piel o latex. Para aquellos que sean alérgicos, se puede llevar adrenalina y un antihistamínico como urbasón para hacer frente de manera inmediata a una picadura.

Jaume Cambra, presidente de Apicultores Ecológicos Asociados, coincide en que los ataques espontáneos de abejas a personas sin manipulación son «rarísimos y poco frecuentes pero pueden producirse en alguna circunstancia». El apicultor asegura que si el ataque ha sido producido por abejas de apiarios, están señalizados; y si se ha tratado de abejas silvestres «es aún más raro».

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