Vinos ecológicos con larga tradición

La comarca de La Manchuela se vio en 2014 afectada por la sequía y el pedrisco, fenómenos meteorológicos que arrasaron gran parte de cultivos como el viñedo. Debido a este contratiempo muchas viñas se han quedado este año sin cosechar. Tal es el caso de Vinos Cambronero, una pequeña bodega familiar que produce vinos ecológicos de autor en la localidad albaceteña de Fuentealbilla, conocida además por ser la patria chica del futbolista Andrés Iniesta.

Sin embargo, no todo han sido malas noticias en 2014 para Vinos Cambronero, ya que la prestigiosa guía internacional Gilbert & Gaillard concedió una nueva medalla de oro a uno de sus caldos, en concreto al tinto ecológico «Cambrius» Syrah. De este modo, todos los vinos ecológicos de la bodega han sido reconocidos con este galardón, un honor del que muy pocos pueden presumir.

La tradición vitícola de esta bodega fue iniciada por Francisco Cambronero Torres —más conocido como Franchete, que da nombre a una gama de los vinos actuales—, cuando a principios del pasado siglo plantó las primeras vides. En el año 1983 fue Francisco Cambronero Pérez el que, junto a su hermano Antonio, construyó la bodega y en 1999 se creó la sociedad Vinos Cambronero.

La explotación familiar consta de 42 hectáreas de viña cultivadas de acuerdo con los métodos de la agricultura ecológica con las variedades Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot, Bobal, Tempranillo y Garnacha Tintorera. Y, aunque se encuentra en la comarca de La Manchuela, su concepción del cultivo no está contemplada en el reglamento de producción de la Denominación de Origen Manchuela, por lo que actualmente sus vinos ecológicos se embotellan como Vino de la Tierra de Castilla con la marca «Franchete».

«Busco hacer vinos de autor ecológicos por necesidad, ya que compito en mi comarca con grandes bodegas y de gran producción», reconoce a ABC Cambronero Pérez, viticultor, enólogo y único responsable de la bodega, quien destaca las «condiciones excepcionales» tanto en la uva como en el proceso de elaboración. De ahí que, señala, su principal objetivo sea la obtención de un vino de excelente calidad.

«La diferencia de las uvas empieza en la concepción del viñedo», señala Cambronero Pérez, que desvela uno de los secretos de sus vinos: «Nuestras espalderas son únicas en la zona». Así, explica que tienen dos metros de altura, con una altura de formación de un metro y veinte centímetros, mientras que la densidad de plantación es de 3.600 plantas por hectárea.

La clave, la altura de la viña

Según indica el responsable de la bodega, la gran altura de la viña proporciona una mayor de superficie de hoja bien expuesta, lo que es primordial para la maduración óptima de las uvas y para disminuir los riesgos de enfermedades al haber menos humedad. A ello se suma, añade, el sistema de riego, que está enfocado a la producción de uvas con un tamaño muy pequeño.

Debido a estas peculiaridades, están trabajando para elaborar un reglamento que contemple la calidad diferenciada de los vinos que elaboran y para ser reconocidos en una Denominación de Origen propia como Vino de Pago Ecológico. Sin embargo, el responsable de la bodega asegura que en estos momentos este proyecto está aparcado en detrimento de una labor de promoción y mejora de los vinos.

Sus vinos han recibido numerosos galardones a lo largo de estos años. A juicio de Cambronero Pérez, «los premios no sirven para otra cosa sino para ganarte el respeto, pero al final lo que interesa es que tu vino guste». Y prueba de la calidad de los Vinos Cambronero, además de sus reconocimientos, es la presencia que tienen en el mercado, ya que están presentes en numerosos países, como Filipinas, República Dominicana, Reino Unido, Dinamarca, Austria, pero sobre todo en Alemania.