Mas-Colell, a su llegada al Parlament, con las cuentas catalanas para 2015
Mas-Colell, a su llegada al Parlament, con las cuentas catalanas para 2015 - efe

La Generalitat presenta unos presupuestos imposibles

Asume un agujero contable de 2.500 millones que espera que le resuelva el Estado

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«Presupuesto intensamente político». La Generalitat de Cataluña ha presentado este mediodía las cuentas para 2015, un presupuesto en precario sin apoyos políticos y construido en base a una contabilidad imaginaria. A una altura del año en el que las cuentas de la Generalitat ya superan en más de cinco décimas el límite de déficit autorizado para 2014 (del 1%), el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, ha adelantado las cifras para el próximo ejercicio, un presupuesto que nace ya con un agujero de inicio de 2.500 millones, una cifra que el gobierno catalán ha anotado en el capítulo de ingresos pero que no tiene garantizada en tanto que depende de la negociación política con el Gobierno.

«Este es el reto. Si no queremos reducir el gasto, tenemos que conseguir esos 2.500 millones.

Por eso son unos presupuestos intensamente políticos», ha explicado Mas-Colell, que ha vuelto a denunciar que en 2015 a las Comunidades Autónomas solo se les conceda una sexta parte (0,7%) del déficit total autorizado al Estado.

A grandes trazos, los presupuestos de la Generalitat prevén unos ingresos de 21.042 millones y un gasto de 23.448. En esta última partida está la recuperación de la paga extra de los funcionarios y el sueldo íntregro de los interinos, así como la congelación de la política de recortes en las consejerías.

Según ha reconocido el propio Mas-Colell, y en parte por las dificultades en la política de ventas y privatizaciones, repecto al capítulo de ingresos el gobierno catalán no tiene garantía de cobro de 2.500 millones. Esta cifra se fía a que el Estado acepte transferir, entre otros capítulos, 635 millones a cuenta del anulado impuesto de depósitos bancarios, 759 en concepto de inversiones en infraestructuras no ejecutadas (disposicón adicional tercera del Estatut), así como 789 por adelantos del fondo de competitividad autonómica. Mas-Colell, que al inicio de la legislatura aseguró que nunca presentaría un presupuesto con partidas que no estuviesen aseguradas, ha reconocido que las cifras de 2015 se fundamentan en una contabilidad más política que financiera.

En este contexto, desde la consejería de Economía se denuncia que el Estado no puede negar estas cantidades en un momento «en el que está aumentando la recaudación e incluso se aplica una bajada de impuestos imprudente».

Números al margen, el gobierno de CiU tampoco tiene apoyos políticos para unos presupuestos que comienzan a tramitarse bajo la amenaza del fin precipitado de la legislatura, lo que obligaría a aparcarlos para proceder a una prórroga de los de 2014.

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