La muestra sigue el rastro de varias familias que escaparon del nazismo
La muestra sigue el rastro de varias familias que escaparon del nazismo - abc

El Pirineo, dique de contención de la barbarie nazi

Una exposición evoca la llegada a Cataluña de miles de judíos que huyeron del horror a través de las montañas

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Betsy Wijnberg y Dan Ehrlich se conocieron en trágicas circunstancias: huyendo de la barbarie nazi y atravesado en paso de los Pirineos para hacer escala en España y partir hacia otro lugar. Antes de embarcarse hacia Palestina, sin embargo, pasaron por Barcelona y en algún momento de la travesía acabaron enamorándose.

Otros, en cambio, no tuvieron tanta suerte: Jenny Kehr, por ejemplo, también completó la odisea pirenaica, pero el gobernador civil de Lleida, Juan Antonio Cremades Royo, selló su fúnebre destino. «Ordeno la conducción a Figueras de la extranjera hebrea Jenny Sara Kehr, rogando (...) que sea obligada a repasar la frontera, ya que penetró en nuestro territorio clandestinamente y se ha dispuesto su expulsión del mismo por ser judía», puede leerse en uno de los documentos que rememora en el Museo de Historia de Cataluña el drama de los miles de judíos que llegaron a España atravesando los Pirineos.

Kehr no llegó a ser deportada ya que, temiendo lo que le esperaba al otro lado de la frontera, se quitó la vida.

«El paso a través de la frontera francesa se concentró de manera especial en los Pirineos de Lleida y Girona, más que en Aragón, Navarra o el País Vasco, y se explica por que en Barcelona se instaló una oficina de la organización American Joint, que procuraba ayuda económica y documentación para que los judíos fueran trasladados fuera de España», explicó ayer Josep Calvet, el comisario de una exposición que evoca cómo unos pocos miles de judíos «consiguieron huir de la barbarie cruzando los Pirineos en dirección a la Península Ibérica, primero a través de las aduanas y, más tarde, atravesando clandestinamente las montañas en unas evasiones épicas en las cuales desafiaron la vigilancia a ambos lados de la frontera, la dureza del recorrido y las condiciones meteorológicas».

En la exposición, que podrá visitarse hasta el 18 de octubre, el drama se centra en las historias de unas pocas familias entre las que destaca el caso de Eduard Heilbruner y Lina Levi, originarios de la Selva Negra alemana y abuelos de Dory Sontheimer, quien descubrió la historia tras encontrar siete cajas en el altillo de la casa materna en Barcelona y lo explicó en el libro «Las siete cajas. En el caso de la madre de Paquita Sitzer fue la población de Les (Lleida) la que hizo piña para evitar que la policía devolviera a su familia a Francia. Además de los testimonios personales, la exposición incluye también documentos como el libro de registro de la cárcel de Sort, el cuchillo que alguno de los supervivientes utilizó para defenderse de los perros de los nazis o la carta en la que la Guardia Civil de Portbou daba cuenta de la muerte del filósofo Walter Benjamin.

La muestra completa la conmemoración de los 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la liberación de los campos nazis, que el museo ya inició semanas atrás con la muestra «Más allá de Mauthausen. Francesc Boix fotógrafo».

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