El independentismo y el sándwich de pollo

En eso radica, según se apunta, la cultura, el progreso y el ocio, en comerse de pie un sándwich de pollo en vez de en una sobremesa dilatada y gustosa

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Supongo que hará otras plataformas parecidas en otros lugares de España (¡será por plataformas!), pero la de aquí, en Cataluña, la plataforma por la europeización de los horarios pide que el Parlament legisle para hacer obligatorios los (h)usos y costumbres europeos en lo tocante a las horas laborales, educativas y hasta gastronómicas. La noticia es alarmante por varios motivos, aunque el principal es que es Francesc Homs quien defiende esa propuesta. Frances Homs y el grueso del Parlament (y no me refiero a David Fernández) tienen que estar a lo de la independencia catalana, y no a cosas realmente importantes para la vida de los catalanes. Sólo nos faltaba que nuestros independentistas luchen por sacarnos de Europa y del euro en lo político y económico mientras que nos obligan a meternos en Europa en lo de desayunar a las seis de la mañana, entrar a currar a las siete, comer en diez minutos a las doce y cenar a la hora de la merienda, que es, al parecer, lo que hacen los suecos y alemanes.

Y en eso radica, según se apunta, la cultura, el progreso y el ocio, en comerse de pie un sándwich de pollo en vez de en una sobremesa dilatada y gustosa. Y algo de razón han de llevar cuando los ciudadanos suecos y alemanes aprovechan todo su tiempo libre para venirse a España a darse el madrugón y a comer sándwich de pollo.

Personalmente, considero que el Parlament (o sea, el grueso) debe de perder su tiempo exclusivamente en el asunto de la independencia y la impresionante singularidad catalana, y no centrarse en cosas que pudieran realmente alterar la vida de sus ciudadanos. Una cosa es jugar con el independentismo y otra con las cosas de comer (frase hecha para aludir a lo sustancial), y ahí podría entrar el problema del yihadismo también alarmante y creciente en Cataluña. Lo primero que se le ocurre a David Fernández, tras la operación policial de ayer contra una célula yihadista bajo las órdenes de la Audiencia Nacional, es pedir la dimisión del ministro de Interior, Jorge Fernández, que había señalado la «frivolización» d e grupos independentistas con el extremismo islámico. La idea es que, por mucho que madruguen y se coman el sándwich los independentistas, no parecen muy capaces de mantenernos europeos ni del norte ni del sur. Ellos serían el sándwich de pollo del yihadismo.

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