Rakosnik tira del carro

Qué tienen en común Helena Rakosnik y Alicia Sánchez-Camacho? Pues que ambas consideran que Josep Cuní tiene afán de protagonismo. La primera cree, así lo confesó a un grupo de periodistas, que el locutor pretende eclipsar a su marido en las entrevistas. Esa faceta de loba de la esposa del presidente Artur Mas es deliciosa. La segunda considera que el grupo mediático al que pertenece Cuní, convenientemente subvencionado por el Gobierno catalán, sigue sin dar tregua al PP. Y como la dirigente popular también sabe ser posesiva en lo suyo, hace unos días mantuvo un almuerzo con Cuní en un restaurante de la zona de Pedralbes. Me pregunto cuántas veces habrá tenido que soportar la presidenta del PP catalán bromitas sobre floreros que contienen micrófonos o sobre espías que escuchan desde la mesa de al lado.

Pero, acabemos con la farsa, a todos nos gustaría saber de qué hablan el conductor de un «talk show» vespertino y Camacho. ¿De que algo está cambiando en Cataluña? Casualidad o no, poco después de ese almuerzo, el periódico de la citada empresa periodística mostraba una desfavorecedora foto de Oriol Junqueras en su escaño del Parlamento catalán, con prominente tripa y botón desabrochado. Presión, sí, literal y figurada.

Porque el presidente de ERC recibe por todas partes: por quienes defienden el pacto electoral con Mas, por quienes rechazan la aventura independentista de ambos, por TV3 y por el propio líder de CiU. «El presidente no me quiere mucho y los directivos que nombra tampoco», dijo durante una visita a la televisión catalana.

Nadie se resiste a una buena comida. En casa de Rakosnik tampoco y esta semana fue vista en Travessera de Gràcia arrastrando un carro que le prestaron en Mercadona, lleno de productos de este supermercado rechazado por algunos sectores soberanistas -¿comprar productos en un local que distingue entre valenciano y catalán?¿secesionismo lingüístico?-.

La aspirante a primera dama de la futura Cataluña independiente iba acompañada de su asistenta. La estampa de las dos mujeres recorriendo los pocos metros que separan el supermercado de su domicilio era tan normal, tan cotidiana, tan prenavideña… ¿Compran congelados los Mas-Rakosnik? ¿El menú estará condicionado por un posible adelanto electoral? ¿Y por la admisión a trámite de la querella contra Mas que hoy decidirá el Tribunal Superior de Justicia? Imagino que, en este caso, se brindaría con cava porque el nacionalismo ya tendría por fin un mártir y Convergència, un nuevo argumento electoral.