OPINIÓN CARNAVAL

Dos estudiantes

La primera, de muchas sesiones que quedarían por venir. La primera y la culpable de que los sobresalientes se esfumasen ese febrero

Reyes Calvillo

He vuelto a la pensión donde me alojé la semana pasada. La recepcionista ha sido muy amable debido a «la situación que tuviste que soportar durante tu última estancia» (No sé si lo recordaréis pero viví en directo, y a voz en grito, el divorcio de una pareja por vía telefónica. El suceso aconteció de tres a cinco de la mañana. Si os mueve el chisme, podéis consultar mi anterior artículo).

La encargada, como compensación a mi última noche, me ofrece una habitación doble con vistas y balcón a la calle. Apenas pago por ella un precio simbólico y pienso que va a ser todo un desperdicio estar ahí menos de cinco horas.

'Me quedo sola en cama doble, una noche de lluvia y sin nadie que me acompañe'. Hay que seguir creando el personaje.

Mientras salgo por la puerta, romantizo las circunstancias y pienso que podría ser la trama de una canción de Ruibal. Pero ni estoy en Cuba, aunque esto se le parezca, ni todas las rumbas hablan de mí, aunque yo lo pretenda.

El frío hace que las calles estén vacías y llego al teatro sin detenerme apenas en los bares.

Aún así, como siempre, estoy a unos minutos del límite.

Atravieso la platea con pasos cortos y rápidos, invadida por el nerviosismo de las primeras veces.

(Guipa al soslayo)

«Va Telón» debe escucharse desde bambalinas y, aunque no lo percibo, sí que lo siento.

Me invaden las mismas mariposas que la primera vez que les vi, solo que ahora responden a otros nombres.

Era un once de febrero en Salamanca y yo volvía a estar enamorada de un chico considerablemente culto, ojos claros, signo Leo y apasionado del teatro. Supongo que hay patrones que no cambian.

Dejemos una cosa clara: yo tengo buenas notas en la carrera porque era muy enamoradiza y precisaba alguna excusa para bajar a la biblioteca. ¿Necesitaba yo, con cuatro asignaturas y varias matrículas, estudiar hasta las tres de la mañana «el arco argumental de 'La Vaquilla' y su influencia en la democracia española»? Pues claro que no, pero era la única forma que se me ocurría para pasar tiempo con él. Qué queréis que os diga, una no nace sabiendo. Supongo que la coartada se fue desvelando porque nadie se cree que una estudiante de comunicación tenga la necesidad de pasar todas las noches en vela, analizando cine clásico, y porque lo que se escuchaba desde mis auriculares no eran los diálogos de Casablanca.

Levantó la mirada y se anunció una primavera.

«Calvillo, yo ya sé que tú no vienes a estudiar, pero enséñame eso que estás viendo».

Se impulsó sobre la mesa y saltó a mi lado. La primera noche que pasamos juntos, fue cuando los descubrió a ellos. La primera, de muchas sesiones que quedarían por venir. La primera y la culpable de que los sobresalientes se esfumasen ese febrero.

Él conoció a 'La Reina de la Noche' y yo descubrí cómo quería que me mirasen toda la vida.

Desde entonces, y hasta ahora, los estrenos siempre son nuestro '7 de septiembre'.

(Calvillo atraviesa la platea con pasos cortos y rápidos, invadida por el nerviosismo de las primeras veces)

«Este año es mucho más clásico, suena diferente pero mantiene su esencia. Algo ha cambiado pero el ánimo sigue inmutable. Es sólido, es fuerte, redondo. No hay tanto baile, pero me mueve como nunca. La idea es más sencilla, pero esa naturalidad la encuentro insondable».

(APARTE: ¿Qué os pensáis? No iba a gustarme a mí un chaval que se expresara de forma sencilla)

Han pasado el tiempo y me pregunto si, como el coro, nosotros también hemos crecido.

'Así pasen cinco años' le digo. Pero han pasado ya siete y, como ellos, también nos hemos llevado algún primero y, en ocasiones, nos hemos quedado a las puertas del paraíso. Ojalá alguna vez también nos aplaudan solo con salir a escena

«Algún año me ves ahí, Palabra de loco»

Y me vuelvo al hostal sola, a dormir cinco horas y con la nostalgia en los labios. En el camino me saludan una gaviota y varios gatos, y pienso que Cádiz podría estar filmada por Sorrentino.

Pero ni estoy en el Trastévere, aunque esto se le parezca, ni todas las películas hablan de mí, aunque yo lo pretenda.

(APARTE: Y la fiesta de los locos, solo acaba de empezar»)

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación