Iván Romero Castellón regresaba al Gran Teatro Falla con un cuarteto que fusiona sus dos últimos grupos en la modalidad, el compuesto por sus hermanos Borja y Yeray junto a Pedro Tamayo y el formado por Leo Power y Miguel Fernández. Y lo ha hecho con buenas sensaciones y la aprobación del respetable.
«Nos hemos encontrado muy bien y además veníamos muy ensayaditos. Aunque es verdad que esto es un melón sin calar que hasta que no vienes aquí, no sabes si va a funcionar o no», comentaba el autor en los pasillos tras la actuación.
La conexión con el público existe: «Siempre está con nosotros, muchas veces creo que nos da más de lo que le damos a nosotros». Pero expone que hasta que «no ves que lo que has escrito va entrando y los personajes van calando», no empiezan verdaderamente a disfrutar.
Para Iván es especial juntar a sus hermanos con Leo y Miguel, «que habían estado en una etapa más complicadilla», aunque a la hora de construir el cuarteto tenía una mayor dificultad: «Sabía a lo que me enfrentaba, con los seis personajes, con una trama y entre medias meter los golpes era un reto. Y creo que lo hemos conseguido».
En la modalidad este año están todos los gallitos a excepción del cuarteto de Morera, que por cuestiones laborales no está en el Concurso. Eso augura una dura pugna: «Habrá pelea, pero el cuarteto necesita que la haya hasta el final y que la modalidad se mantenga».
El futuro depende de la cantera, donde hay un gran número de cuartetos: «Ojalá aguanten por lo menos la mitad y suban a adultos. Sé que es muy complicado porque en juveniles ya no son ni hombres ni niños y se aburren y el repertorio en adultos se duplica. Que aguanten y sigan».
Entre tanto, Romero aprovecha que en esta edición no saca la comparsa y asegura que tiene preparado ya el futuro pase para los cuartos de final y también para las semifinales. «Y ojalá que nos veamos aquí el día 9», comenta respecto a una posible presencia en la Final.
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