Cádiz-Barcelona

Un punto de grandeza (0-0)

Los de Cervera dejan con vida al Barça tras un descuento en el que Salvi perdonó dos oportunidades clarísimas

Los culés jugaron media hora con un jugador menor por expulsión de De Jong

Pacha ante Gavi. francis jiménez

Alfonso Carbonell

Qué bien le viene a esta banda un hito histórico en su casa y ante su gente. Cómo se crece y como pelea. Este Cádiz de Cervera sumó sólo un punto ante el Barcelona pero ganó una grandeza que para sí quisiera Busquets, que en el descuento y contra las cuerdas no tuvo otra que impedir a Salvi seguir con una jugada lanzándole un segundo balón que se encontraba por el campo mientras el sanluqueño encaraba a un riva. Esa es la escena de este Barça, patética. Por contra, la imagen del Cádiz es la contraria, pujante, valiente, ambiciosa y llena de un compromiso tal que hizo que su afición se fuera a casa cantando a pesar de quedarse muy cerca de la victoria.

Decía Cervera en la previa del encuentro que no tenía pensado hacer muchos cambios respecto al once que sacó en Vigo pero al final hizo tres. Sentó al mejor del Cádiz en Balaídos, el Choco, y también al imberbe Bastida, mucho pollo para tan poco arroz, y el fallón Salvi, al que le dio respiro tras su error desde los once metros ante el Celta. Entraban los fichajes Álvaro Jiménez, Arzamendia y el tiburón Negredo, autor del gol de la victoria en la pasada campaña ante el conunto barcelonés. Y con estos cambios empezó el Cádiz un partido al que Koeman llegaba con la soga al cuello tras firmar su sentencia de muerte un día antes.

Pero el once renovado contaba no solo con once tipos, sino con doce mil, que los son los que el Gobierno, Laliga, los médicos, los políticos o los bomberos dejan entrar en estos momentos al estadio gaditano. Pero doce mil en Cádiz son dos millones en cualquier otro sitio y el Carranza sonaba atronador desde minutos antes del pitido inicial. Y con ese empuje fiero de la grada salió el Cádiz de Cervera, que mordía desde el primer segundo de juego a un Barça que salió con la idea de no perder su estilo. Al menos, de entrada.

Pese a ese arranque eléctrico del Cádiz fueron los culés los primeros en pisar área contraria pero el disparo de Dest, tras dejar sentado a Iza, se fue alto para alivio de Ledesma. Estaba el partido vibrante y en eso que Sobrino se inventa una jugada maradoniana tras controlar el balón en el mediocampo y llevarlo conducido con maestra elegancia hasta el área rival, donde en el último slalom le fue arrebatada la bola.

Camino del cuarto de hora el Cádiz ya había conseguido lo que en muchas cervezas previa se firmaba: mantener a raya al Barça y darle su sustito. 0-0 en el marcador y a por otro ratito así. Y para conseguirlo, hoy sí, el Cádiz se comportaba más faltón que otras veces.

A medida que pasaban los minutos el tiempo del partido pasó manejarlo el Barcelona , que aún no llegaba a abusar de la posesión pero sí que comenzaba a hacerse dueño del balón aunque sin la profundidad deseada. Sin embargo, la siguiente media ocasión que ofreció el once de Koeman fue merced a una pérdida

mingueza, con sobrino.

de Álvaro Jiménez cerca del área que acabó en un peligroso centro de Dest al que Ledesma contestó con un despeje brutal de puños.

Ovación y lesión de Fali

Se iba haciendo con el partido el Barcelona y para eso tuvo que haber pasado media hora, tiempo que pasó para que Carranza aceptase que tocaba sufrir y esperar alguna contra. Eso, y ovacionar al titán Fali, que a los siete minutos para el descanso se pegaba un carrerón hacia trmarco contrario tras un saque de banda lanzado por Negredo para romperse a su vuelta a la trinchera. Jonsson lo suplía.

Se llegaba al descanso con tablas en el mercador y sin muchos apuros, pero con el temor en el cuerpo del cadismo por las ostensibles muestras de preocupación en el rostro del gitano, que abandonó el verde en camilla.

A sabiendas que la cosa iba a ir de kilómetros, Cervera dejaba en las duchas a Álvaro Jiménez y metía en el campo a Salvi y sin tiempo para que apenas rodase el balón pudo llegar un golazo de Negredo, que con el exterior y desde fuera del área mandaba el balón a la escuadra para ver aparecer la mano salvadora de Ter Stegen, que salvaba a los suyos del infierno.

No dejó venirse arriba el Barça al Cádiz y a los pocos minutos Memphis desaprovechaba un gol cantado después de trastabillarse al empujar a puerta un centro al palo largo de De Jong. Está el Barça para fallar esas...

Siguió intentándolo Memphis pero esta vez volvía a aparecer Ledesma para enviar a córner un lanzamiento suyo desde la frontal. Se alargaba definitivamente el Barcelona en busca del gol y eso era aprovechado por el Cádiz para salir a la contra a la mínima oportunidad pero en la primera que tuvo Sobrino optó por acabarla con un disparo que chocaba con Piqué.

Ya estaba el partido para apostar y eso fue lo que hizo Cervera, que sacaba a Negredo y Arzamendia para meter la directa con Lozano y Perea. Se revolucionaba la grada, y con ella el partido, que entraba en una pequeña vorágine de sacudidas que no llegaban a hacer sangre. Visto que esto no le favorecía del todo, templó el Barcelona de nuevo la cosa y volvió a hacer uso del balón para adormilar al Cádiz, exhausto y atrevido en el tú a tú.

Y a esto que al Cádiz le cambiaba la cosa y Carranza terminaba de volverse loco. De Jong llegaba tarde a un balón y se llevaba por delante a Espino. El ex del Sevilla se iba a la calle expulsado y el escenario cambiaba por completo. Tanto, que ahora era el Cádiz el que triangulaba y se empeñanba en llegar a la portería de Ter Stegen en rápidas transiciones, como una que acabó Jonsson con un centro desviado a córner por Piqué.

Se desquiciaba el Barça y el Cádiz no paraba de correr. De correr y de frenar, porque para eso arriba estaban Perea, e incluso el Choco, que le daban al equipo temple cuando los Espino y demás salvajes se pasaban de revoluciones. Ese alto voltaje que se gastaban los laterales cadistas le pasó factura a Iza, que pedía el cambio para que le supliese Akapo pasada la media hora de la segunda parte.

El Cádiz, más Cádiz que nunca, pudo echar abajo su estadio si Salvi acierta a batir a Ter Stegen tras un robo de un fabuloso Espino, que está en todas partes. El charrúa cedió al sanlqueño para que este n pudiera salvar a arquero culé. El rechace no lo supo controlar Sobrino cuando medio Carranza, por efecto óptico, cantaba gol.

Los de Cervera eran un huracán aunque con reservas dado que no se olvidaba de quien estaba en frente. Por lo tanto, al igual que salía en estampida también sabía replegarse. Pero replega de con Carranza hecho un volcán era complicado. Y sí, Cervera dio su visto bueno para dejar a su banda intentar hincarle el colmillo a una presa que se había puesto a tiro.

Volcado el Cádiz, ¿quién lo diría?, fue el Barça el que hirió a los de Cervera a la contra tras un despeje llegado Memphis, que en su intento de colarse en el área gaditana fue derribado por detrás por Alarcón. La falta de sacó sin muchas consecuencias.

El descuento se convirtió en un intercambio de derechazos en busca del ko técnico y cerca estuvo Salvi de dar la estocada a Koeman como Memohis de dársela a Ledesma tras una contra llevada por Piqué en un descuento de película que casi acaba en drama para el barcelonismo, que tuvo que asistir sonrojado a una treta de Busquets para defenderse de la enésima acometida de una banda que ya hasta arrincona a un grande, o lo que queda de él.

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