CÁDIZ

«Los chicos que vienen solos no quieren estudiar, sino trabajar»

La Junta tiene alrededor de 270 menores tutelados en la provincia de los cuales la mitad son de origen extranjero

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Cualquier escondrijo es bueno si con ello consiguen burlar la frontera. A veces vienen ocultos en los bajos de un coche o un autobús o en la turbina de un ferry y, otras, las menos, en alguna embarcación. Esta misma semana dos menores intentaban cruzar el puerto de Algeciras escondidos entre las mantas de un turismo. Son jóvenes de entre 14 y 18 años, la mayoría de origen marroquí y con una intención muy clara de lo que quieren hacer en España, trabajar. Desde la asociación Algeciras Acoge cuentan que «vienen con las ideas muy claras» por lo que se sienten frustrados cuando llegan aquí y conocen la realidad. No sólo por la dificultad de encontrar un trabajo dada la actual situación de crisis económica, sino también porque no tienen la edad para trabajar y mucho menos la formación. «Tienen un nivel de educación muy bajo porque o bien no les interesó el colegio en su país de origen o quizás no pudieron ir. Una vez que toman la decisión de venir a España es muy frecuente que dejen de ir al colegio», afirman desde la asociación.

En estos momentos, unos 270 menores están tutelados por la Junta de Andalucía, de los cuales, la mitad son de origen extranjero. Un número que ha ido descendiendo en los últimos años, aunque el jefe de Menores de la Delegación provincial de Igualdad, Bienestar Social y Salud, Antonio Molina, advierte de que la oleada del pasado agosto puede haber roto toda previsión. «Ya a lo largo de 2014 ha habido un pequeño repunte pero lo del último mes hace imposible dar una cifra de cómo puede acabar el año». Este descenso ha provocado que en el último año diversos centros de menores hayan tenido que reagruparse y cerrar algunas plazas. «A finales de 2013, la ocupación de los centros era del 80% por lo que nos hemos visto obligados a reducir las vacantes», cuenta Molina.

Al margen del número de plazas, la gran preocupación de muchos de los centros que trabajan con los menores inmigrantes es qué pasará con ellos una vez que cumplan los 18 años y dejen de estar bajo custodia de la Junta. Existen diversos colectivos en la provincia que intentan ser un eslabón entre este proceso y la integración laboral, pero la falta de oportunidades actuales les hace muy difícil conseguir sus objetivos. «Muchos se quedan en la calle y tienden a robar para poder subsistir», por eso «es necesario seguir guiándoles y apoyándoles para evitar estas situaciones».