Editorial

Alegría en las torres de Puntales

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Las autoridades rusas siempre fueron muy poco sensibles con relación a su mejor patrimonio del pasado siglo, el estilo conocido como Constructivismo que florece en los años veinte y se considera por los historiadores como raíz de la arquitectura contemporánea, en especial del Movimiento Moderno. Ya en los años treinta Stalin disuelve las Asociaciones Libres de Profesionales y Artistas, e impone los modos figurativos del llamado Realismo Socialista, siguiendo una lógica que identifica las dictaduras con el clasicismo y las democracias con la modernidad. El sátrapa opinaba que el pueblo también merece columnatas, torres y floridos frontones, «como los ricos». Paradójicamente, la emblemática Casa Comuna 'Narkofim' de Ginzburg (1928), que el municipio moscovita pretendía demoler, ha sido adquirida ahora para su restauración, por una inmobiliaria de capital internacional que conservará el originario uso social y colectivo. Dios escribe recto con renglones torcidos. Más recientemente causó alarma la determinación de derribar la Torre de Radiodifusión de Moscú, de Vladimir Shújov (1920-22), icono de la modernidad arquitectónica, que sirve de modelo a los ingenieros italianos Toscano, Scalla y Santi para proyectar y construir nuestras Torres de la Luz en el Estrecho de Puntales, conocidas en el mundo como Pylons of Cadix. En la presión internacional para salvar la elegante torre metálica se han implicado intelectuales y arquitectos de todas partes que incluso se entrevistaron con el Presidente Putin.

En su edición del pasado lunes 18 de agosto, el diario moscovita en lengua inglesa 'The Moscow Times' daba cuenta de un Acuerdo Municipal mediante el cual revocan la decisión de demoler y se propone incluir la pieza en la Lista Federal del Patrimonio Protegido, así como iniciar los trabajos para su restauración. Sus sucesoras, esas Torres que pautan la Bahía de Cádiz se bambolearon de gozo al conocer la noticia, y parece que ése fue el motivo de las rachas de viento que hemos padecido hace poco en medio de este por otra parte apacible verano. He comentado la noticia con Albert Scalla, hijo del ingeniero Remo Scalla y la enfermera española Beni Polo, que vive en Miami. Cuenta cómo su padre hablaba de esos mástiles que él y sus colegas diseñaron inspirados en la torre moscovita.