Chiclana

Los vecinos de La Laguna siguen sin noticias del secadero de Vipren

Tras presentar más de mil alegaciones al proyecto, de momento el Ayuntamiento aún no ha dado la licencia para el desarrollo de la actividad

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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De momento, los vecinos parecen haber ganado la batalla, aunque sea por agotamiento. Sobre la mesa estaba convertir parte de los terrenos de Vipren en un secadero de pulpa de remolacha. Ellos dijeron no y se organizaron en una campaña de oposición que llegó a recaudar más de mil alegaciones contra el proyecto. Aquello fue a finales del mes de junio y, a punto de acabar agosto, de momento nada se sabe de la iniciativa. Así lo confirma a este medio el presidente de la asociación de vecinos La Laguna, José Manuel Sotelo.

Tal y como explica el presidente, aún no han recibido respuesta ni él ni el más del millar de vecinos que interpusieron alegaciones contra el citado proyecto. De hecho, una vez que contaba con el acuerdo con la propietaria de los terrenos, tan sólo restaba la licencia de ocupación de los terrenos que debía expedir el Ayuntamiento para iniciar la actividad. Sin embargo, de dicha licencia aún no se sabe nada. Eso lleva a que se complique la puesta en marcha de la actividad, ya que la explotación y posterior secado de la remolacha tiene un carácter estacional y es precisamente en los tres meses de verano cuando se realiza el secado para convertir la pulpa en pienso para animales.

Así, tras dilatarse el trámite, está por ver si la empresa desistirá del proyecto en la zona para siempre o lo aplazará para la próxima campaña en verano. De momento, los vecinos se muestran cautos pero a la vez satisfechos de que la actividad no llegue a producirse.

El secadero de pulpa de remolacha proyectaba emplear un 30% de los terrenos de Vipren para esta actividad. Eso suponía desarrollar el secado en unos 80.000 metros cuadrados. Se tata de una actividad que, tal y como defendió en su informe ante el Ayuntamiento la propia Azucarera, «no es contaminante». Igualmente, no necesitaba de ningún tipo de adecuación previa del terreno. De hecho, la actividad consiste en extender un manto de escasos centímetros en el terreno y dejarlo secar durante 24 o 48 horas. Una vez pasado este tiempo, la remolacha era recogida y transportada en camiones en una actividad diaria. Estaba previsto que este proyecto generara puestos de trabajo directo en el transporte, descarga y vigilancia de la remolacha.

Precisamente los vecinos basan su oposición al secadero en los olores que genera el secado al sol y en trasiego de camiones de gran tonelaje en una zona de colegios. Eso les llevó a realizar una campaña de recogida de firmas que se adhirieran a escritos de alegaciones contra la actividad. Finalmente, tras difundirse entre zonas residenciales cercanas a los terrenos de Vipren, fueron más de un millar de vecinos los que se opusieron al proyecto.