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El cuestionado número dos de Argentina recibe el respaldo de Fernández

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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Decidida a evitar dar señales de debilidad, la presidenta Cristina Fernández, de baja desde hace una semana por una «laringofaringitis aguda severa», mantiene incólume el respaldo a su vicepresidente, Amado Boudou, procesado desde fines de junio por «cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública». Una decisión que empieza a ser cuestionada por algunos sectores del oficialismo.

Boudou recibió el lunes al presidente armenio Serzh Sargsián en sustitución de Cristina y hoy presidirá el acto por el día de la Independencia. La presidenta tenía previsto viajar a Tucumán, la provincia del norte del país donde se declaró la Independencia, para un acto al que estaban invitados su colega de Uruguay, José Mujica; el de Ecuador, Rafael Correa; el de Bolivia, Evo Morales, y el de Venezuela, Nicolás Maduro. Cristina quería mostrar el apoyo regional que tiene en su pelea con los fondos buitre que se dirime estos días en Nueva York.

No obstante, su padecimiento se ha vuelto más severo y la ha obligado a permanecer en reposo en la residencia de Olivos, al norte de la ciudad de Buenos Aires. Al principio, el gobernador de Tucumán, José Alperovich, había declarado que en ausencia de Cristina viajaría el presidente provisional del Senado -y tercero en la sucesión-, Gerardo Zamora. Pero luego se informó que el vicepresidente procesado sería el representante de la mandataria.

Analistas y encuestadores sostienen que entre mostrar debilidad apartando a su vice o cargar con el coste político de sostenerlo, Cristina se inclina por lo segundo, que es su modo de demostrar que tiene el poder.