Artur Mas visita ayer una planta de biotecnología en la ciudad estadounidense de Clayton. :: CRISTINA GARCÍA CASADO / EFE
ESPAÑA

Mas anuncia un conflicto si Rajoy impide la consulta soberanista

El PSC asume que se romperá el partido si se celebra el referéndum sobre la independencia

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Apenas dos días antes de la proclamación de Felipe VI y la víspera de la abdicación de don Juan Carlos, Artur Mas lanzó el aviso más duro de los que ha hecho si el Gobierno de Mariano Rajoy impide la consulta soberanista del 9 de noviembre. «Si se nos niega el derecho a votar, habrá conflicto», advirtió ayer el presidente catalán de visita en Estados Unidos. Un referéndum que, en cambio, si se celebra conducirá a la ruptura del Partit dels Socialistes de Catalunya, en palabras del candidato a su secretaría general, Miquel Iceta.

Mas señaló tras visitar una planta de la farmacéutica catalana Grifols en Carolina del Norte que en caso de que se impida a los catalanes votar habrá un conflicto, pero que será «civilizado» porque en esa confrontación «todos debemos expresarnos con respeto y consideración». El presidente de la Generalitat había hablado hasta ahora de choque de trenes, de enfrentamiento de legitimidades, pero ayer dio un paso más en la escalada verbal. Aunque a continuación puso paños calientes. Ese conflicto, dijo, «podría evitarse con una actitud dialogante» que debería pasar por sentarse él y Rajoy a «negociar los términos de la consulta». Algo que el jefe del Ejecutivo central descarta de plano.

A miles de kilómetros de Carolina del Norte, en Barcelona, el PSC exteriorizó lo que era un secreto a voces en las filas del socialismo catalán, el peligro de una ruptura en el partido por la consulta. Hasta la fecha, la palabra escisión solo existía en el partido como un mantra que utilizan los miembros del sector soberanista para advertir a la dirección de las consecuencias que puede haber si no se cuenta con ellos. Pero por primera vez un miembro destacado del aparato, Miquel Iceta, candidato a liderar el PSC si gana las primarias del 13 de julio, reconoció ayer que el riesgo de ruptura es real y puede producirse.

De celebrarse, o simplemente si se convoca, el sector soberanista, que representa al 25% del PSC, optará por votar a favor de la independencia y exigirá sumarse al bloque de CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP, mientras que la dirección, si la lidera Iceta, mantendrá el rechazo frontal a la independencia y a la consulta unilateral que plantea Mas.

La fractura como consencuencia de la consulta, que también podría producirse en CiU o ICV, supondría para el PSC la culminación de un proceso de debilitamiento que empezó con el proyecto del Estatut, continuó con la gestión de la crisis del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y se ha agudizado tras las últimas elecciones autonómicas, las de 2012, y las europeas, que acabaron por hundir al partido.

Coser el partido

Iceta se comprometió a llevar a cabo una labor «titánica de reconstrucción», que no de refundación del partido, y se puso como principal tarea la de «coser» la formación, con mano tendida a todos los sectores para hacer posible la «convivencia». Eso sí, dejó claro a los soberanistas que no habrá giros con la consulta. «Quien espere cambios en la línea política, se equivoca», dijo.

Si sale elegido, y a pesar de contar con el apoyo del aparato, Iceta tendrá una fuerte oposición. Y es que, en las conversaciones que ha mantenido con los soberanistas del partido, entre otros, Montserrat Tura, Antoni Castells o Joaquim Nadal, el candidato a dirigir el PSC reconoció que le trasladaron que él no es la persona adecuada para pilotar el socialismo catalán. De ahí que emplazara al sector crítico, que aún está debatiendo si opta a la primera secretaría, a mojarse. «Si alguno cree que es adecuado o más adecuado, tiene la obligación política y moral de dar un paso adelante», afirmó. El dirigente de la corriente crítica Avancem, Joan Ignasi Elena, anunciará hoy sus planes, que pasan por presentarse y plantar cara a Iceta con riesgo de obtener un resultado muy bajo, o dejar el partido.