Chiclana

La historia chiclanera crece

El Archivo Provincial recibe los protocolos centenarios del distrito

CHICLANA Actualizado: Guardar
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Pendientes de lo que iluminan las lámparas de mesa de la sala, sienten que la vida fluye en esos papeles amarilleados por los años. Palabras escritas en tinta que quien sabe cuándo fue la última vez que se leyeron. La vida en la calle fluye entre conversaciones en alto, cláxones y ruidos, ese mismo devenir que acabará en las páginas que media decena de investigadores consultan en una sala del Archivo Provincial. Para ellos, y para cualquiera que esté interesado, el antiguo palacio gaditano acoge desde estos días más información de Chiclana. Concretamente, el Archivo Histórico Provincial ha recibido los protocolos notariales centenarios del distrito de Chiclana. Esto implica que todas las actas notariales que se generaron en 1912 en Chiclana y su distrito (que comprende además Conil y Vejer) son ya públicos y consultables para cualquier investigador.

Así lo explica el director del Archivo Provincial de Cádiz, Manuel Cañas. «Se trata de una pauta habitual, cada año recibimos los archivos que cumplen 100 años», explica el experto. Así, los documentos que se incorporan ahora al Archivo han acabado un devenir que comenzó cuando se crearon hace más de 100 años en el despacho de un notario chiclanero. A los 25 años de conservarse en ese notario, pasó a las manos de un notario archivero, uno de los profesionales que ejercen la actividad en la ciudad que tiene la encomienda de conservar todos los protocolos hasta que cumplen 100 años. Cumplido el siglo, los documentos se incorporan al Archivo Provincial para su pública consulta.

Esta pauta se viene repitiendo en la provincia y en Chiclana desde los años 70, cuando se crea el Archivo Provincial de Cádiz. La institución, según explica Cañas, posee protocolos de Chiclana desde el año 1549. Concretamente, los documentos ahora incorporados poseen actas tan solo de la ciudad «probablemente porque en aquel año no existían notarios en Conil y en Vejer», como puntualiza el director. Una vez incorporados, los protocolos son inventariados, signaturados y ubicados según el nombre del notario y la fecha. Es entonces cuando las disposiciones testamentarias de estos protocolos se suman a los testamentos extraídos en nuestra base de datos de más de 203.000 registros de todos los protocolos notariales que custodian.

Tal y como explica Cañas, la importancia de estos documentos es clave para conocer la vida social de Chiclana de aquellos años. «Los protocolos notariales comenzaron a ser valorados como fuente de información para las investigaciones en el siglo XX», matiza el director. Así destacan los testamentos en los se pueden averiguar los bienes valiosos que poseía una persona en el momento de su muerte. Pero no es lo único, «los protocolos versan de muy diversos temas». Además de testamentos, documentos de compraventa, poderes o empresas chiclaneras de 1912 ya descansan en las estanterías del archivo esperando ser consultadas.