Soldados colombianos desmantelan un laboratorio de producción de cocaína en el área forestal de Buenaventura. :: LUIS ROBAYO / AFP
MUNDO

Las FARC abandonan el narcotráfico

El histórico acuerdo firmado por la guerrilla y el Gobierno colombiano da un giro a la campaña electoral una semana antes de los comicios

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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El Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron el viernes un acuerdo histórico sobre el narcotráfico y los cultivos ilícitos a escasos siete días de unas reñidas elecciones presidenciales. La guerrilla se compromete a «poner fin a cualquier relación» con el narcotráfico y a contribuir de manera práctica a la solución de ese problema. Por su parte, el Gobierno se responsabiliza de propiciar «una política de Estado integral con componentes económicos, sociales y judiciales» en las zonas donde se siembra la coca.

Las FARC contribuirán «de manera efectiva» y con «acciones prácticas» a solucionar el problema «en un escenario de fin del conflicto», según recoge el comunicado conjunto, un documento de once páginas presentado por todos los delegados de ambas partes, incluidos de los países garantes, Cuba y Noruega, y de los acompañantes Chile y Venezuela.

El cierre formal del ciclo 25 de la agenda de negociaciones estaba previsto para el 23 de mayo. En el habitual contacto matinal de las FARC con la prensa, anunciaron una tregua unilateral de su grupo y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) del 20 al 28 de mayo para colaborar en el buen desarrollo de los comicios. Seis horas después se convocaba por sorpresa al cierre de ciclo y de punto, uno de los seis de la agenda pactada en 2012 cuando arrancó la negociación. Hasta ahora se había aprobado el tema agrario y el de participación política, siempre bajo el principio de que «nada está acordado hasta que todo esté acordado».

Posteriormente, en comparecencia separada, el jefe de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle, calificó el acuerdo de «un hito importante en el proceso de conversaciones» y valoró que «sin el conflicto entorpeciendo el camino, podremos sustituir la gran mayoría de cultivos de manera voluntaria». Admitió que quizá el problema «no desaparezca totalmente», pero si se firma la paz, el Gobierno podría «concentrar esfuerzos en atacar las estructuras del crimen organizado». «Nos hemos demorado lo suficiente para no improvisar», manifestó el delegado de Santos, quien aseguró que se sienten «satisfechos» con lo alcanzado en cerca de siete meses.

Este acuerdo contempla programas para la sustitución de los cultivos ilícitos impulsando planes integrales de desarrollo con participación de las comunidades, programas para la prevención de consumo, salud pública y control de la producción y la comercialización de narcóticos.

La idea es que la sustitución se haga de manera voluntaria. Ahí las FARC tendrán la tarea de convencer a sus campesinos. Pero en caso de que algunos se resistan, el acuerdo acepta la petición de las FARC de que se realice «la erradicación manual de los cultivos».

Drogas y paramilitares

Por su parte, Iván Márquez, jefe del equipo negociador de la guerrilla, admitió que con el acuerdo «se acortan distancias hacia el objetivo de la paz en Colombia». Sin embargo, recordó que las FARC piden que en el nuevo 'marco antidroga', el Estado debe perseguir y encarcelar a los beneficiarios de ese mercado y desmantelar las redes transnacionales de tráfico y lavado de dinero. Asimismo, exigió la inmediata suspensión de las fumigaciones aéreas. Y solicitó una conferencia nacional que analice el tema de la producción de las drogas ilícitas «como fenómeno ligado al paramilitarismo» y aborde la relación entre «conflicto, narcotráfico e impacto en la institucionalidad».

La repercusión traspasa las fronteras colombianas. Según el coordinador de la ONU residente en Colombia, Fabrizio Hochschild, «va a tener un impacto en el 70% de los cultivos ilícitos» de coca que hay en este país. Calificó el acuerdo de «muy importante». «Nos parece que estamos llegando a un punto de no retorno en las negociaciones», manifestó, y destacó que «la mesa está mostrando madurez y una gran capacidad para llegar a acuerdos en temas difíciles donde existen visiones muy opuestas».

El acuerdo se convirtió en un golpe de efecto en la política colombiana y específicamente en la campaña electoral, donde según los sondeos se mantiene un empate técnico para las dos vueltas entre el presidente Juan Manuel Santos, que ha puesto toda la carne en el asador a favor de la paz, y Oscar Iván Zuloaga, el candidato del expresidente Álvaro Uribe, férreo detractor de que la pacificación del país se haga en una mesa de negociación tras más de 40 años de conflicto. Le da oxígeno a la campaña del aspirante a la reelección y también a las FARC que, sin Santos en la presidencia, verían truncadas sus esperanzas de reconvertirse en fuerza política y, de este modo, salir de la selva.