Antonia del Castillo: «Se ha abierto una puerta a la esperanza»

Afortunada. Después de todo lo que ha pasado, Antonia del Castillo se siente con «suerte» ante la decisión del juzgado de Instrucción número 4 de reabrir su caso. «Se me ha abierto una puerta a la esperanza cuando ya creía que estaba todo perdido». Antonia no sabe qué es lo que ha hecho que la jueza haya decidido reanudar la investigación. Su historia se remonta a marzo de 1988, cuando llegó al Hospital Puerta del Mar con su «primera barriga» y tan sólo 15 años. «Al principio costó pero toda la familia estaba muy ilusionada con el nacimiento». Tuvo un parto por cesárea, «sin complicaciones». El niño pesó 3,5 kilogramos: «y yo le escuché llorar». Pero aún así le dijeron que «había tragado líquido amniótico y se lo llevaron a una incubadora». Durante 48 horas su familia pudo verlo pero Antonia no. Pasados los dos días llegó el golpe. «Me dijeron que había muerto». En los informes, asegura que hay muchas contradicciones, «como que no lloraba cuando yo misma lo oí». Cuando salió del hospital se sentía hueca: «No podía creerme lo que había pasado. Tenía una gran sensación de vacío porque entré con mucha ilusión y salí sin nada». «Desde el hospital se ofrecieron a enterrarlo en una fosa común pero mi madre tenía en propiedad un nicho donde ya estaba mi padre enterrado y se negó». La sorpresa fue cuando nueve años después, decidieron incinerar los restos de su padre y del bebé «pero no se encontró ninguna pequeña caja». Nada. «No tenemos ni idea de lo que pudo pasar. Pero lo cierto es que no había ningún tipo de restos cuando debería haber quedado algo». Ahora espera saber qué pasó y si su bebé está vivo.