Editorial

Otro fraude que crece en cantidad y gravedad

Los fondos desviados por obras sin realizar en colegios podría ampliarse a los años 2009 y 2010 para crecer hasta los 4,6 millones de euros

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Resulta sangrante asistir a la letanía de excusas que ofrecen los dirigentes socialistas de la Junta de Andalucía. Cada vez que se plantea una posible desviación de fondos públicos, aparece un dirigente autonómico para decir que quizás exista pero que tampoco es para tanto, que no se trata de las cantidades publicadas, quizás de la tercera o la quinta parte, como si la reducción del montante supusiera un alivio de la responsabilidad. Pareciera que un recorte cuantitativo equivaliese a un alivio cualitativo. Como si el desperdicio de cinco millones de euros fuera la mitad de grave que el desperdicio de diez. Pero nada se dice del fondo ético del asunto. Estamos hablando de la distracción de dinero de todos, de unas cantidades que estaban destinadas al bien común y que han ido a parar al mal particular, presuntamente.

El último ejemplo es el del caso de las obras ordenadas por Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE). Inicialmente, el desvío de cantidades que estaba bajo inspección judicial se limitaba al periodo comprendido entre 2006 y 2008 pero los investigadores han decidido ampliar sus pesquisas a los dos años posteriores. De esta forma, las cantidades que están bajo sospecha de haber sido malgastadas ascienden ya a 4,6 millones de euros.

En cualquier caso, este dato amplía la gravedad del asunto sin menguar la que fuera anteriormente porque los responsables de la investigación ya trataban de esclarecer si un dinero destinado a mejorar los equipamientos educativos de los niños de la provincia habían terminado en bolsillos particulares sin que se moviera un ladrillo. Si algún dirigente socialista tiene la tentación de decir que quizás no se trata de esa cantidad, sólo de la mitad, por favor, mejor que se calle.