Maduro y su esposa asisten al desfile militar en honor a Hugo Chávez rodeados de fuertes medidas de seguridad. :: C. GARCIA RAWLINS / REUTERS
MUNDO

Chávez para hoy, hambre para mañana

Maduro recuerda en la calle al líder fallecido en su primer aniversario, en medio de protestas por la violencia y la falta de productos básicos

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Música, grandes pantallas, imágenes de Hugo Chávez, un desfile de civiles y militares presenciado por la familia del caudillo fallecido hace un año, el chavismo y delegaciones extranjeras de discreto nivel para la importancia que le adjudican al líder bolivariano en la integración latinoamericana y caribeña. A la hora precisa del fallecimiento, las salvas sonaron en el Cuartel de la Montaña, donde descansan sus restos. La conmemoración oficial del aniversario de su muerte terminó con la emisión por la televisión nacional del documental 'Mi amigo Hugo', de Oliver Stone. Pero las actividades en su honor continuarán los próximos diez días.

Nicolás Maduro, luciendo la banda y el collar que simbolizan el poder, intervino al abrir y al cerrar la parada. Elogió a su mentor como «democratizador del país». Agregó que Chávez pasó a la «historia como el redentor de los pobres de Venezuela y de América. Fue el alma que animó el proyecto original de unión de nuestros pueblos. Si hoy podemos hablar de Petrocaribe, Celac, Unasur, es gracias al ingenio y la capacidad de Chávez».

Maduro recorrió la Avenida de los Próceres en un ostentoso coche descubierto, con guardaespaldas de traje oscuro corriendo a la par del vehículo. Luego, a paso rápido, seguido por Cilia Flores, su esposa y 'primera combatiente', subió a la presidencia de las tribunas levantadas a ambos lados del paseo, por donde desfilaron 10.260 combatientes, 570 sistemas armados y 75 aeronaves.

El presidente agradeció la compañía de los mandatarios que viajaron a Caracas. No faltaron Raúl Castro, Evo Morales o Daniel Ortega. Cristina Fernández envió a su vicepresidente, pero el resto de los representantes de la región delegaron en cancilleres en el mejor de los casos. Una comitiva de nivel muy inferior a la que acompañó el funeral de Chávez, en el que estuvo presente el Príncipe Felipe.

Maduro tuvo momentos para el recuerdo y también para rechazar la «injerencia» externa que, en su opinión, representa la reunión convocada para hoy por la Organización de Estados Americanos (OEA) a instancias de Panamá para tratar la crisis venezolana. «Que no se equivoque la derecha con nuestro pueblo y nuestra revolución. La OEA, déjenla donde está, en Washington se ve bien bonita ¡Fuera la OEA de acá para siempre! Nuestro camino es Unasur, nuestro norte es el sur», proclamó.

El aniversario de la muerte de Chávez no fue una excepción y Venezuela amaneció con varios focos de conflicto como consecuencia de las protestas contra el Gobierno que se prolongan desde el 12 de febrero. La muerte de un motorista en una barricada sitúa ya en 19 el número de fallecidos en la violencia de estas últimas semanas, que el presidente desacredita como un intento de «golpe de Estado continuado».

«Bien presos están»

Maduro anunció la captura de varios «jefes de las guarimbas (barricadas) violentas y fascistas» y su presentación ante la Fiscalía, así como la incautación a los arrestados de «armas de guerra». «Presos bien presos están y tienen que ser castigados severamente. La ley tiene que aplicarse frente a estos saboteadores». El presidente sostuvo que los participantes en las protestas «habían amenazado con trancar el país, pero el país está funcionando con normalidad».

Los analistas, sin embargo, desmienten el diagnóstico presidencial. Maduro heredó de Chávez dos graves problemas: el de la criminalidad, que arrojó un balance de 25.000 muertos el año pasado; y una gestión económica que mantiene al país sumido en el desabastecimiento de los productos más básicos y con una inflación del 56,2% a finales de 2013. «Llegaremos al hambre», lamentan algunos venezolanos en las interminables colas de los supermercados. Y a este panorama de hiperinflación y escasez -que ya no es ocasional sino crónica, estructural- los expertos añaden la preocupación por la descapitalización del sector privado y la caída de la renta petrolera que hace disminuir la entrada de divisas al país.