Mas pasa junto a la senyera y la bandera europea tras la manifestación del 11-S de 2012. :: TONI ALBIR / EFE
ESPAÑA

Mas pide apoyo a Merkel, Hollande y Cameron para celebrar la consulta

El presidente catalán envía una carta a los gobernantes de la UE y un memorándum a otros 45 países para justificar el proceso soberanista

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Ante los escasos apoyos que ha recibido en España a su propuesta de convocar una consulta soberanista, que rechazan tanto el PP como el PSOE, el presidente de la Generalitat ha decidido buscar complicidades más allá de las fronteras. En un gesto sin precedentes y que escenifica la apuesta firme del Gobierno de Cataluña por la internacionalización del conflicto, Artur Mas ha reclamado por carta y de manera personal el respaldo de cada uno de los 27 líderes de los Estados de la Unión Europea, todos menos Mariano Rajoy, al referéndum independentista que las fuerzas soberanistas quieren celebrar el próximo 9 de noviembre.

«Confío en que pueda contar con usted para llevar adelante este proceso pacífico, democrático, transparente y europeo en el que yo y una amplia mayoría de los catalanes estamos comprometidos», señala Mas en la misiva enviada, entre otros, al británico David Cameron, al francés François Hollande, a la alemana Angela Merkel o al italiano Enrico Letta. Mas pone de esta manera la consulta catalana en la agenda de las cancillerías europeas, pero sobre todo busca que desde el ámbito internacional aumente la presión sobre el Gobierno central, que tiene la llave para que se celebre el referéndum y que, a juicio de la Generalitat, debe mover ficha frente al desafío lanzado desde Cataluña. Rajoy ya ha dicho que ni va a mover ficha ni tiene nada de que hablar.

En la carta, enviada también al presidente de la Comisión Europea, José Durão Barroso, el presidente catalán relata que la consulta cuenta con el respaldo del 65% del Parlamento catalán, defiende que es un mandato de las urnas, detalla la pregunta pactada, insiste por activa y por pasiva que la celebración del referéndum es una cuestión de voluntad política, no un problema jurídico, como alega el Gobierno de Rajoy, porque no existen impedimentos legales, y expresa su intención de agotar la vía del diálogo con el Ejecutivo central.

Mas, siguiendo la recomendación de su Consejo Asesor para la Transición Nacional, siempre ha afirmado que cuando tenga todas las puertas españolas cerradas para celebrar el referéndum, ya sea por la negativa de Rajoy a permitirlo o por las impugnaciones al Tribunal Constitucional, llamará al timbre de la UE que, según los asesores del presidente catalán, puede ser más sensible con todo lo que afecta al derecho a votar de la ciudadanía. La Generalitat plantea la cuestión catalana como un déficit democrático en un Estado miembro de la UE del siglo XXI y, con vistas al 9 de noviembre, ya ha empezado su campaña de captación de apoyos foráneos, que hasta la fecha se reducen a la Internacional Liberal, a la que pertenece Convergència, un par de países bálticos, Letonia y Lituania, y la izquierda europea de IU y la Syriza griega.

Apoyo al derecho a decidir

Además de la misiva, enviada el 20 de diciembre, antes de que se hiciera público el argumentario que el ministro de Asuntos Exteriores había hecho llegar a sus embajadas y consulados para combatir ideológicamente la causa independentista, la Generalitat ha hecho llegar a los responsables de Exteriores, embajadores en Madrid y cónsules generales de 45 países, los 27 de la UE y 18 no europeos, un memorando explicativo sobre la consulta.

El texto destaca que el 80% de la población catalana apoya el derecho a decidir, cuenta cómo un millón y medio de personas salieron a la calle el 11-S para reclamar un referéndum, insiste en que no estamos ante un problema jurídico, sino político, pone de manifiesto las discrepancias entre los Gobiernos catalán y español y denuncia los «intentos de funcionarios españoles por socavar la autoridad del presidente catalán».

Sobre una posible salida de la UE de Cataluña independiente, la Generalitat asegura en el documento que no hay precedentes de que una parte de un Estado se independice y por tanto «es falso asegurar que Cataluña dejará de ser miembro de la UE». «Incluso España tiene un gran interés en que Cataluña forme parte de la UE», afirma el informe.

El texto concluye con que «los catalanes quieren seguir formando parte de la UE y de la zona euro», y que, en todo caso ls continuidad de «Cataluña, que será contribuyente neto, dentro de la UE sería una decisión política de los gobiernos de los estados miembros».