El Apunte

Fin de curso en el Ayuntamiento

El Pleno de hoy pone fin a un ejercicio en el que las sesiones se convirtieron en foco de polémica y el gobierno local reguló las intervenciones del público

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El Ayuntamiento de Cádiz vivirá hoy, penúltimo día del año, el cierre del ejercicio en cuanto a sesiones plenarias. Este 2013 que termina ha sido un año particular en cuanto al primer espacio de decisión y debate de la administración local. El malestar de los ciudadanos, propiciado por unos alarmantes niveles de paro y por una sensación de corrupción generalizada, llegó al Pleno aunque la mayoría de las quejas que llevaban los portadores tuviera poco que ver con los márgenes de actuación que suele manejar el estamento municipal.

Pero los ayuntamientos son las primeras puertas que encuentran los vecinos cuando necesitan explicaciones o soluciones y a ellas han llamado con especial insistencia. Los movimientos de descontento derivados del 15M, ya disgregados y anárquicos, separados por conflictos concretos, coincidieron en su afán por dejarse escuchar en las sesiones. Los turnos de palabra que sirven de epílogo a cada Pleno se convirtieron en un foco de atención, en una exhibición de carencias, necesidades y reclamaciones sociales, personales o políticas.

Hasta tal punto, que el gobierno local se vio en la necesidad de volver a regular estas intervenciones. Las limitó y ordenó con grandes dosis de sensatez como demuestra el ejemplo de hoy. Hasta 34 trabajadoras habían pedido el micrófono para hablar del mismo conflicto y el Ayuntamiento le ha dado la palabra a una para que ejerza de portavoz. Parece coherente que representantes políticos y público escuchen a través de una persona el conflicto, por legítimo que sea, en vez de asistir a 34 versiones, quizás repeticiones, de la misma queja o exigencia. Ojalá sea el inicio de una nueva etapa de debate público normalizado.