'Kantauri', el pasado octubre en el juicio por el asesinato del matrimonio Becerril. :: CHEMA MOYA/EFE
ESPAÑA

La Audiencia condena a 'Kantauri' a 56 años por el asesinato de los Becerril

La sala, en una novedosa interpretación, le aplica la agravante de alevosía por su cobardía al ordenar a otros los atentados

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Audiencia Nacional ha condenado a 56 años de cárcel al ex jefe militar de ETA José Javier Arizkuren Ruiz, 'Kantauri', por ordenar el asesinato del concejal sevillano del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, Ascensión García, el 30 de enero de 1998 en la capital hispalense. La Sala de lo Penal le considera culpable de un delito de atentado terrorista en concurso ideal con homicidio terrorista -en el caso del concejal- y de un delito de homicidio terrorista -en el caso de la esposa-. Los magistrados, que condenan a indemnizar con un millón de euros a los tres hijos del matrimonio en concepto de responsabilidad civil, aplican una atenuante por dilaciones indebidas, pero también la agravante de alevosía a pesar de no haber sido autor material del doble crimen que fue perpetrado por dos de los pistoleros a sus órdenes, José Luis Barrios y Mikel Azurmendi.

Según explicaron fuentes judiciales, se trata de una aplicación novedosa de la alevosía. En este caso, la sala ha tenido en cuenta las cartas manuscritas de 'Kantauri', que fueron incautadas en un 1997 en un piso franco del «comando Vizcaya». En esas misivas, el jefe de los liberados etarras ordenaba dedicar a sus subordinados «toda la fuerza posible» para secuestrar a ediles de PP o alternativamente «darles en toda la cabeza». «Dar caña» y «a por otro», eran sus instrucciones, que insistían, no obstante, en la idea del secuestro porque «crea inestabilidad y contradicciones mayores por su dureza», «Dar 'kaña' lo más fuerte que podáis», arengaba en esos documentos.

«Sin manchas de sangre»

La actitud de 'Kantauri' en esas cartas es claramente alevosa, entienden los magistrados, en cuanto pretenden la ocultación del victimario. Arizkuren es, concluyen los jueces, uno de esos «jefes que ni se manchan las manos de sangre ni corren peligro alguno de ser detenidos». Un autor «mediato» que «proporcionó» a sus subordinados «las instrucciones necesarias para llevar a cabo brutales atentados, facilitándoles armas, explosivos, dinero y todo el material necesario para el 'éxito' de toda esa sinrazón», pero sin correr él riesgo alguno en los atentados.

Al margen de esta novedosa interpretación del concepto de alevosía, el tribunal considera que existen «abundantes pruebas de cargo» que acreditan que fue el exjefe de ETA quien ordenó el asesinato del concejal del PP en Sevilla.