CÁDIZ

Despidos y una reconversión amenazan a Navantia tras perder los gaseros

Los trabajadores de Puerto Real ocupan de nuevo el puente Carranza y provocan graves destrozos en el carril reversible

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los trabajadores de Navantia en Puerto Real ocuparon de nuevo ayer el puente Carranza en señal de protesta por la falta de carga de trabajo y con los ánimos muy crispados ante la pérdida del contrato para la construcción de cuatro gaseros. Se trata de la segunda acción llevada a cabo por la plantilla en el puente en menos de cuatro días y amenazan con endurecer las protestas si en las próximas semanas no se confirma un acuerdo que garantice la viabilidad de los astilleros públicos.

La plantilla se siente «engañada y estafada» con el anuncio que ha realizado en repetidas ocasiones la dirección de la empresa sobre el contrato con Gas Natural para construir cuatro barcos gaseros, con opción a un quinto. No ha podido ser. «Ha sido una ilusión y se ha jugado con el futuro de miles de familias», lamenta la plantilla. El presidente del comité de empresa de Navantia-Puerto Real, Ramón Linares, ha señalado que el máximo responsable de la compañía, José Manuel Revuelta, ha sido quien ha mantenido viva la llama de la esperanza desde el primer momento, en relación con el asunto de los gaseros y, en distintas reuniones, incluidos los encuentros con los políticos, «destacó que el acuerdo era la tabla de salvación de las factorías de Navantia para 2014». Este contrato se había dado por hecho y, sin embargo, «se ha vendido la piel del oso antes de cazarlo».

Los trabajadores de Navantia sospechan ahora que detrás de la pérdida del acuerdo está sobre la mesa la aplicación de una dura reconversión. La plantilla teme que la dirección de Navantia justifique un duro plan de ajuste ante la pérdida del contrato pero, a su vez, sospechan que detrás de esta maniobra hay gato encerrado.

Una oferta inexistente

Según ha publicado LA VOZ, Navantia no llegó a presentar ni en tiempo ni en forma una oferta oficial a los armadores que se hicieron con el concurso para decidir dónde construir estos barcos. Ha trascendido, y así lo publicó el pasado sábado este periódico, que Navantia sólo presentó una declaración de intenciones para sacar adelante este proyecto.

La construcción de estos cuatro barcos con opción a un quinto corría mucha prisa y Navantia ha dejado escapar el proyecto por razones que aún están por aclarar. Hay dos claves que se manejan cada vez con más certeza, por un lado, Navantia se ha quedado obsoleta a la hora de fabricar gaseros de tercera generación, como los que requiere este contrato, y por otra, la compañía española no tenía tiempo material para desarrollar este tipo de tecnología para poder competir con las ofertas asiáticas.

Finalmente, el proyecto se lo han llevado los astilleros de Japón y Corea del Sur, especializados desde hace más de una década en la construcción de metaneros y quimiqueros.

La compañía estadounidense Cheniere firmó en noviembre de 2011 con la española Gas Natural su mayor contrato de aprovisionamiento de gas licuado para los próximos 20 años. Este contrato permitirá a la empresa española vender gas en la cuenca del Atlántico y también en la del Pacífico, gracias a la nueva ruta abierta entre Estados Unidos y Japón. El plan de trabajo de ambas empresas es iniciar en 2016 el transporte y comercialización del gas.

La logística de este contrato ha obligado a la empresa Gas Natural a demandar, al menos cuatro barcos gaseros, que se encargarán de transportar la energía. Para ello, Gas Natural, que no es fabricante ni propietaria de embarcaciones, trabaja con otra compañía en régimen de renting a la que alquila sus barcos para la prestación de estos servicios. Esta empresa, denominada Stream, opera con una docena de gaseros y quimiqueros. Dicha empresa sacó en abril un concurso internacional para la construcción de los buques que demanda Gas Natural y el pasado 15 de junio acabó el plazo de presentación de ofertas por parte de los armadores interesados. En ese tiempo, y según han confirmado a LA VOZ fuentes del sector, numerosos astilleros del mundo hicieron llegar a los armadores su ofertas de construcción.

La compañía Stream resolvió el concurso en septiembre y el armador noruego Knutsen y el español Elcano se llevaron el gato al agua. Sólo faltaba seleccionar alguna de las ofertas de los astilleros que habían presentado la documentación oficial, es decir, la garantía técnica, económica y los plazos para concurrir a la adjudicación. Navantia no figuraba entre los astilleros candidatos porque no había presentado su propuesta ni en tiempo ni en forma. El proyecto de construcción volaba así para Asia. De esta forma, la Knutsen ha firmado con el astillero coreano de Hyundai la construcción de dos barcos, mientras que la española Elcano, hará lo propio en Japón en el astillero de Imabari.

Sangría de pérdidas

La elección deja a Navantia al pie de los caballos, en un abismo económico y financiero. La plantilla teme ahora que la dirección de la empresa aplique medidas contundentes y no descartan despidos, traslados y cierres de plantas. No hay que olvidar que el contrato de los gaseros iba a ser el flotador de Navantia hasta que se resolvieran los concursos internacionales sobre construcción naval militar, donde hay opciones en Catar, Australia, Arabia y Turquía. Sin embargo, las deudas ahogan a la compañía, con un agujero de 300 millones de euros, y sin expectativas para garantizar carga de trabajo.

El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, destacó ayer a este periódico que desórdenes públicos y acciones violentas como las perpetradas por la mañana en el puente no benefician a ninguna negociación. De Torre indicó que se están evaluando los daños en el puente y adelantó que, de momento, ha quedado inutilizado el carril reversible. El subdelegado insistió en que Navantia no tiene constancia de que el contrato de los gaseros se haya adjudicado y explicó al respecto que la compañía mantiene abiertas más negociaciones para nuevos contratos de construcción naval militar.

Por su parte, el coordinador provincial de IU, Manuel Cárdenas, señaló ayer que a la vista de la «nefasta» noticia de la pérdida del contrato de los gaseros en los astilleros públicos «se hace indispensable la puesta en marcha de una ofensiva común en la que se implique toda la sociedad gaditana, desde administraciones, a empresas, colectivos y ciudadanía para lograr que los astilleros no pierdan esta oportunidad».