La ventanilla de reclamaciones de la Policía Local registra colas de decenas de personas a diario

Doce de la mañana y el ciudadano tiene en su mano el número 41 para reclamar las multas acumuladas durante los últimos meses. Las notificaciones no llegaron a su domicilio actual, pero gracias a que una empresa dedicada a la gestión de multas quería captar un nuevo cliente, supo que acumulaba casi mil euros en multas. Alarmado, da unas cuantas excusas en el trabajo y se presenta a su cita ineludible con la Hacienda municipal. Reclama todo lo posible, y al final el importe por tres infracciones asciende a algo más de 500 euros. Todas fueron captadas por radar a la entrada de la ciudad, nada más salir del puente Carranza, en la calle Algeciras, en Zona Franca. Las multas son totalmente legales; el conductor circulaba por una vía con velocidad máxima de 40 kilómetros por hora a 57, 58 y 59 kilómetros por hora. Así que, toca pagar. El conductor pregunta a los empleados y le aseguran que cada mañana viven las mismas escenas; largas y pesadas colas y algunos gaditanos perdiendo la paciencia. En una mañana pueden atender hasta 60 reclamaciones. Y mientras escucha todo esto, en el mostrador, una señora explica que no puede pagar sus multas, que está en paro y que apenas le llega para cumplir con la hipoteca de su casa. Alega que tampoco había corrido tanto en la Cuesta de las Calesas. La funcionaria la tranquiliza aconsejándole el pago «en tres cómodos plazos».

«Se ha demostrado que el uso como medio preventivo del radar está dando resultados, porque su utilización habitual ha permitido concienciar a los usuarios de lo importante que es cumplir las normas de velocidad, lo cual, tiene una incidencia directa en el descenso del número de accidentes que tienen la velocidad como motivo principal».