Sociedad

«Hay otras Meninas, y son de Velázquez»

El conservador culmina una investigación de quince años y niega la atribución de la pintura a Martínez del Mazo, yerno de Velázquez Díaz Padrón afirma que el genio sevillano pintó el 'modeletto' de la obra del Prado, que se conserva en Dorset

MADRID. Actualizado: Guardar
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Velázquez pintó 'otras Meninas ', y son 'las primeras'. Se trata de un 'modeletto', un lienzo preparatorio de la magistral obra que atesora el Museo del Prado y que está en la Kingston House de Dorset, en el Reino Unido. Así lo sostiene Matías Díaz Padrón, conservador del Prado durante décadas, responsable de más de cuatrocientas atribuciones, dos de ellas de Velázquez, y una autoridad en la materia. Díaz Padrón lanzó su tesis sobre las 'Primeras Meninas' en 1997. Fue puesta en duda por Jonathan Brown, quien a su vez dudó en su día de otras atribuciones velazqueñas hoy confirmadas, como la de 'Santa Rufina'. Pero tras quince años de investigación, Díaz Padrón insiste con una extensa monografía en la que apuntala su conocida tesis con una densa batería documental y científica. El mismísimo Francisco de Goya y el ilustrado Jovellanos avalaron en su tiempo la autoría velazqueña de estas 'Primeras Meninas' que Lord Bankes compró para su palacio de Kingston Lacy. El Prado, que mañana inaugura una muestra dedicada al último Velázquez, guarda ahora el mismo cauteloso silencio que entonces.

Durante años, el cuadro expuesto en la Kingston House fue atribuido al yerno de Velázquez, Juan Bautista Martínez del Mazo (1610-1667). Pero para Díaz Padrón no hay duda de la autoría del genio sevillano. De confirmarse lo que para el conservador jefe del Prado es una indubitada atribución a Velázquez, equivaldría quizá al hallazgo de una novela de Cervantes o a la aparición de la Sinfonía número 37 de Mozart.

«'Las Meninas' expuestas en la Kingston House son de Velázquez», insistió Díaz Padrón en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde ayer presentó sus conclusiones como colofón de su intensa y larga investigación y a falta de estudios químicos y espectrográficos que este experto considera innecesarios pero que serían «bienvenidos». Los detalles están en 'Las primeras Meninas de Velázquez, en Kingston Lacy, Dorset', que Díaz Padrón presentará en febrero de 2014 año en Londres, editado por Raúl Rispa.

El 'modeletto' de Dorset, «propio de un pintor responsable», según Díaz Padrón, es un cuadro preparatorio anterior a la 'joya de la corona' del Prado terminada en 1656 y que «solo Velázquez podría haber concebido con semejante calidad». El estudio detallado y en rigor de la obra evidencia, según Díaz Padrón, «la fragancia de la pincelada rígida, enérgica, propia de Velázquez, la huella de su personalidad, su firme trazo y la atmósfera característica de sus cuadros». «La confrontación de los detalles nos lleva a la esencia de la pintura y habla por sí sola del virtuosismo del trazo, el magistral estudio de la luz y de la perspectiva. La precisión de la pincelada y los colores marchan en paralelo en ambas pinturas», agrega.

«En ningún caso puede mencionarse el retrato de la familia de Felipe IV en los términos de un boceto o de un estudio más o menos avanzado, porque es un cuadro terminado, completo», sostiene Díaz Padrón. «El dibujo subyacente se funde con la cuadrícula, y encima se cruzan bellas pinceladas de luz y color. Toques vibrantes que nada tienen que ver con un acomodaticio seguimiento de copia a partir de la obra acabada», agrega el conservador. Su peculiar factura «contrasta con las pinceladas inconexas de Mazo, más próximas al Impresionismo moderno».

Tamaños

'Las Meninas de Dorset' -al suroeste de Londres- son más pequeñas que las del Prado -1,42 por 1,22 metros frente a los 3,18 por 2,76-, pero mantienen la misma composición. Las diferencia la desaparición en el 'modeletto' de la imagen de los reyes en el espejo de la estancia, pero contienen otros rasgos cuyo interés hace de él un cuadro excepcional. «No cabe duda de que Velázquez compuso la obra con mayor espontaneidad y de que la renuncia al rigor de unas dimensiones monumentales y evitar el compromiso de un retrato para la Familia Real hicieron que pintara de una más directa, fantasiosa y fresca», sostiene el reputado conservador del Prado.

Díaz Padrón dice haber documentado la autoría de Velázquez en diversos archivos, buceando en legajos y hemerotecas para aportar la documentación histórica que sustenta su tesis. El propio Francisco de Goya, en su calidad de académico, la tenía por obra de su egregio antecesor. A través de un testimonio de Juan Antonio Ceán Bermúdez (1749-1829), pintor, historiador, especialista y gran coleccionistas de arte, «sabemos que Jovellanos tenía este cuadro en su casa, convencido de que era un Velázquez».