Los pequeños de San Rafael comienzan al estilo de La Viña. :: A. VÁZQUEZ
CÁDIZ

¡Al abordaje, mis valientes!

Los alumnos del colegio San Rafael de Cádiz acuden disfrazados de piratas para enfrentarse con humor a un curso en el que acogerán a cien niños del Carlos III

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El equipo docente del colegio San Rafael de Cádiz ha encontrado una forma de enfrentarse con buen ánimo y humor a la noticia sobrevenida en esta misma semana de que serán ellos los que acogerán a los cien alumnos del Carlos III, que no pueden recibir clase en la segunda planta de su colegio por peligro de derrumbe de la cubierta, según indica el precinto del Ayuntamiento de Cádiz basado en un informe técnico. La directora del centro, Isabel Lado, manifestó ayer todas las dotes de una estupenda anfitriona: «Cuando nos dijeron que si podíamos acogerlos, dijimos que sí con gusto, porque me pongo en su lugar y no me gustaría que mis alumnos se quedaran sin colegio ni que se sintieran desplazados adonde fuesen». De ahí que Lado y su equipo han puesto un eslogan a este curso: '¡Al abordaje, mis valientes!', «para afrontar este año con coraje y buen talante», apunta la responsable del San Rafael.

Lo único que pidió esta profesora es que los chicos del Carlos III llegaron hoy, «para que me dé tiempo de explicarle a los míos qué ha pasado y a lo que nos vamos a enfrentar. Y para organizar una recepción para los niños del Carlos III en el salón de actos». Así que esta mañana, los alumnos de 5º y 6º de Primaria del centro precintado conocerán de mano del equipo directivo las instalaciones, la plantilla de profesorado «y a sus nuevos compañeros». La tarea que tienen estos profesores, tanto los que acogen como los acogidos, es compleja. Como muestra, cabe recordar que en el San Rafael estudian 215 alumnos, de los que 140 son de Primaria, y van a recibir a 100 de esta mismo nivel educativo del centro vecino. No sólo habrá que compartir espacio, sino actividades, servicios, compañeros. «Nos consta que los profesores del Carlos III vienen con el ánimo de adaptarse a nuestra forma de hacer las cosas, así que confiamos en que todo vaya lo mejor posible». Pues eso, que sea tal y como espera la directora del colegio viñero, quien ha encontrado la mejor manera de afrontar este problema, recurriendo al espíritu viñero.