Sierra

Festividad mariana en la Serranía

Alcalá del Valle, Algar, Ubrique y Grazalema, entre otros municipios, celebran el nacimiento de la Madre de Dios en una gran jornada de fiesta

VILLAMARTÍN. Actualizado: Guardar
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Los rayos de sol y las altas temperaturas se unieron al esperado traslado de la Virgen de las Montañas en romería hasta el Santuario de Pajarete. Villamartín volvió a vivir una jornada esplendorosa para celebrar el nacimiento de la Madre de Dios y fueron varios millares los fieles que se dieron cita en este paraje para renovar la gran devoción que se le profesa a la Santa que está considerada, por varios municipios, como la patrona de la Sierra.

El paso por El Lugo además de hermoso volvió a ser refrescante ya que sirvió para tomar aliento a los caminantes para afrontar el último tramo de camino antes de llegar con la Virgen a su casa. A la inversa de lo que ocurre cualquier año normal de romería, en la que la Virgen espera en el Santuario la llegada de los fieles, nada más llegar al templo la Virgen Chiquita ocupó su posición en el altar mayor y dio paso a una emotiva misa de romeros.

La convivencia vecinal fue la protagonista del resto de la jornada y los villamartinenses volvieron a disfrutar de la compañía de su Virgen antes de iniciar el camino de vuelta. Cuando los rayos de sol apenas se estaban marchando, los romeros llegaron a la localidad y pusieron fin a un intenso mes de celebraciones marianas. Este año se ha conmemorado el 25 aniversario de la declaración de la Santa como alcaldesa perpetua y como abogada protectora de varios municipios de la comarca.

En otros puntos de la Sierra, la Virgen también fue la protagonista de la jornada. Nuestra Señora de los Remedios gozó del cariño de los ubriqueños, que un año más hiciero el tradicional recorrido por las empianadas calles de la localidad con su patrona a hombros; los Ángeles de Grazalema, la Virgen de Guadalupe de Algar y la de los Santos de Alcalá del Valle. Aunque no fueron las únicas que pasearon y veneraron a sus vírgenes, en una de las jornadas más marianas de todas en la Sierra. El buen tiempo y la falta de incidencias importantes hicieron que la tradición se viviera en una jornada festiva.