ESPAÑA

La bajada de IRPF de Monago abre un nuevo frente a Rajoy con sus barones

El Gobierno acoge con sorpresa la iniciativa del presidente extremeño y el PP la justifica porque gobierna gracias a IU

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mariano Rajoy, que a duras penas había logrado apaciguar el levantamiento de los barones autonómicos del PP a cuenta del déficit asimétrico, se enfrenta ahora a un nuevo incendio entre sus líderes territoriales. La decisión de José Antonio Monago de bajar el tramo autonómico del IRPF al 90% de los extremeños resucitó la añeja polémica entre las comunidades que aportan más al fondo de solidaridad interterritorial, entre las que se encuentran Madrid, Cataluña o Baleares, y las que, como Extremadura, son beneficiarias de esos fondos.

La Moncloa intentó digerir ayer la iniciativa de Monago, que cogió por sorpresa tanto al Gobierno como al partido. La dirección nacional del PP trató de capear el temporal con el argumento de que Monago gobierna en Extremadura gracias a Izquierda Unida, un respaldo que obliga a hacer algunas «concesiones» a la coalición. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, se limitó a decir que el Ministerio de Hacienda estudiará «la compatibilidad» de la rebaja fiscal extremeña con los planes de reducción de déficit.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, a su vez, intentó recalcar que Monago puede acometer esta rebaja impositiva gracias al «margen inesperado» que le llovió del cielo en forma de devolución de un impuesto a los depósitos bancarios por valor de 240 millones de euros tras una sentencia del Tribunal Constitucional que rechazó la ilegalidad del gravamen alegada por el Gobierno de Rajoy. Con la rebaja de IRPF la Junta de Extremadura apenas deja de ingresar diez millones de euros.

El propio presidente autonómico, tras recordar que bajar los impuestos era una de sus principales promesas electorales, intentó apaciguar los ánimos. Negó que fuera una rebelión inspirada por la arenga de José María Aznar, partidario de una relajación fiscal, ni un nuevo capítulo del «verso suelto» del PP, como se conoce a Monago en ciertos círculos populares. Se mostró convencido de que Rajoy «está totalmente de acuerdo» con la medida «una vez que Extremadura ha estabilizado sus cuentas».

Unos argumentos que no lograron calmar los ánimos de algunos de sus homólogos autonómicos. En especial, del balear José Ramón Bauzá, quien calificó de «perversa» la posibilidad de que comunidades que son receptoras de la solidaridad de otras mediante el Fondo de Compensación Territorial «puedan permitirse el lujo de bajar los impuestos», mientras que otras que son «aportadoras netas a este fondo no puedan hacerlo». Un desequilibrio que, a su juicio, pone de manifiesto que el actual de sistema de financiación autonómica es «claramente injusto».

Bauzá confesó que «ya le gustaría» rebajar la presión fiscal a los ciudadanos de Baleares, pero no puede hacerlo porque debe cumplir con su principal objetivo, «cuadrar las cuentas públicas y controlar el déficit». Baleares tenía un déficit autonómico en 2011 de 4,19% y logró menguarlo el año pasado hasta el 1,83%. Un gran esfuerzo que valora el Ejecutivo de Rajoy, pese a que incumplió el objetivo de Hacienda de situar los número rojos por debajo del 1,5%. Una meta que sí alcanzó con creces Extremadura, que dejó su déficir en 0,69%.

El paso dado por Monago también ha escocido en Murcia. El Ejecutivo del también popular Ramón Luis Valcárcel presentó el martes un nuevo plan de ajuste con el aumento de un punto en el IRPF autonómico y un recargo del 20% en el impuesto de patrimonio a las fortunas de más de 700.000 euros.

Cantabria, la siguiente

Desde Cataluña se miró a Extremadura con recelo y cierta envidia. «Ya me gustaría a mí poder bajar impuestos, pero lástima que tengamos una situación financiera y un sistema de financiación distinta, y que me repercute a mí negativamente y a otros, positivamente», se quejó Josep Antoni Durán i Lleida, portavoz del CiU en el Congreso.

No todo han sido críticas aceradas. El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, se mostró partidario de las rebajas de impuestos, pero con un matiz importante. «Siempre que se haga con cargo a recursos propios, como lo estamos haciendo en la Comunidad de Madrid». Le faltó decir que Extremadura no lo hace así, pero se le entendió igual.

En Cantabria, su presidente, el también popular Ignacio Diego, anunció que se dispone a seguir la senda de Monago y adelantó que estudia fórmulas para la reducción de impuestos o tasas en 2014.