CARTAS DE LOS LECTORES

Toques de atención

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El Santo Padre, Francisco, nos anima a llamar a Dios, Padre, poniéndonos en la situación de criaturas indefensas, pues eso somos. No nos ensoberbezcamos, no nos creamos tan importantes para oponernos al Creador. Vamos a ensayar esa predisposición al empequeñecimiento para vernos y sabernos nada. ¿Qué somos y qué tenemos? ¿Cuánto tiempo seremos y qué tendremos? Habitualmente nos pasamos la vida, y aunque tenemos certeza de su fugacidad, intentamos atesorar, tener cuanto más, mejor. Ya no nos paramos a contar porque todo nos parece poco y el cuantificar nos podría llevar a la «tentación» de parecernos bastante y esto supondría una frontera a la avaricia. Vemos atesorar, oímos cifras que marean. Ignoro si serán felices, pero cuando continúan guardando, en otros casos robando, indica que su afán de tener no les llega a calmar, y siempre sin tino y sin freno, su inmensa avaricia.

Desde luego estamos indefensos, somos criaturas indefensas y esta indefensión nos equipara a todos, y a las pruebas hay que remitirse. Magnates, personajes ilustres. Iconos de la popularidad que se fueron a pesar de su dinero. No sólo murieron sino que, como somos humanos, les vimos con ese deterioro físico o mental que da tanto para pensar. qué fue de su popularidad, de su dinero, de su aparente éxito. Da para reflexionar si no somos simples irracionales, que hay algo más y llegaremos al convencimiento de que no estamos solos, que vivimos en sociedad, y la sociedad se extiende sin límites, no sólo a los que tenemos al lado sino a círculos cada vez más extensos, traspasando continentes.