Un hombre observa la evolución de la Bolsa madrileña. :: ZIPI / EFE
Economia

La banca española no teme el contagio de la crisis de Chipre

Los grupos perdieron 1.653 millones, cifra que no incluye las pérdidas de Bankia ni de otros bancos nacionalizados

MADRID. Actualizado: Guardar
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La banca española no teme el contagio de Chipre. Por paradójico que parezca, considera que se encuentra protegida por ese «contrato blindado» que es el MOU, o pliego de condiciones que hubo que suscribir para recibir la asistencia financiera que ha permitido la recapitalización de las entidades con graves problemas. Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), fue tajante en sus afirmaciones, en el marco de la presentación de resultados del sector. «Chipre no es un precedente, ni habrá contagio», declaró. De producirse, el presidente del BCE y los dirigentes de la Unión Monetaria tendrían que adelantar los mecanismos previstos, la unión bancaria con su fondo de garantía común, y las compras de deuda.

Por si no hubiera quedado suficientemente claro, el presidente de la AEB añadió que «los depósitos siempre han tenido protección prioritaria y absoluta en las crisis financieras». Y añadió que, en todo caso, la crisis chipriota ha puesto en evidencia la necesidad de acelerar los planes de la integración, «porque no tiene sentido que un depósito en euros de un banco europeo, pongamos que sea chipriota, tenga distinto tratamiento que el colocado de otro banco europeo, pongamos que alemán». Otra cosa sería desmontar la unión monetaria.

Martín informó de que los grupos bancarios españoles perdieron el pasado año 1.653 millones. En realidad, los números rojos de la actividad fueron más abultados, nada menos que 2.781 millones, porque en la primera de estas cifras se incluyen las ganancias de los socios minoritarios que los gigantes españoles del crédito tienen en México o Brasil, que, como es lógico, se los quedaron los correspondientes accionistas.

El dirigente de la asociación reconoció no recordar un descalabro similar en la historia del sector, y atribuyó esos «penosos» resultados a los fortísimos saneamientos realizados, por un importe de 42.703 millones. Hay que tener en cuenta, además, que estas cifras no incorporan las pérdidas de Bankia ni de otros bancos nacionalizados procedentes de cajas de ahorro.

«Hemos superado la prueba de la supervivencia», afirmó Martín, para añadir que en 2013, aunque la economía española «todavía se arrastra», la caída del Producto Interior Bruto será menos pronunciada, y el sector bancario ya no tendrá que realizar tan elevadas dotaciones como el año pasado, por lo que, «si no tiene que acudir al rescate de alguna otra caja», volverá a la senda de las ganancias agregadas. «Volveremos a estar entre los mejores del mundo», se jactó.

La AEB ha tenido siempre claro que había un grupo de entidades de crédito españolas, todas ellas cajas de ahorros, inviables sin ayudas públicas. Ahora queda por resolver si salen adelante con las inyecciones aportadas. «Bankia es viable, si lo hace bien, no tengo la menor duda», declaró Martín. Pero los bancos han dado un paso atrás en la subasta de Catalunya Caixa y el presidente de su asociación explicó que «su modelo de negocio no es viable, salvo que se hubiera aportado una cantidad de dinero que no compensaba».

A Martín le parece adecuado que en el Fondo de Reestructuración Bancaria se abra camino una dirección coordinada, a modo de holding, de la estrategia comercial de las entidades nacionalizadas. «¡Sean bienvenidas a la competencia!», dijo, con cierta ironía.

La asamblea de la AEB, que conoció los datos del sector, dio un paso adelante para facilitar la incorporación de las cajas de ahorros. Ha modificado sus estatutos, de manera que el voto y las cuotas estarán en función de los balances de las entidades en España.