CÁDIZ

Las almadrabas comienzan a trabajar sin saber aún la cuota de atún de este año

El pasado 10 de febrero iniciaron los trabajos en tierra en Barbate, Conil, Zahara y Tarifa a la espera de que se publique la orden ministerial

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Las almadrabas gaditanas están trabajando. A pesar de que las famosas 'levantás' no serán hasta finales de abril o principios de mayo, ya se han iniciado los trabajos previos. Los almadraberos preparan estos días sus redes, van sacando sus anclas y ponen al día la documentación, entre otros muchos preparativos. Lo habitual y deseable es que cuando esta actividad comienza, casi siempre por febrero, las cuatro almadrabas gaditanas (Barbate, Conil, Zahara y Tarifa) sepan cuál será la cuota de atún rojo que podrán pescar. Esto es fundamental para comenzar a negociar precios y firmar precontratos con los compradores de esta preciada materia prima. Pero a estas alturas del mes aún no se ha publicado la orden ministerial que fijará cuál será el porcentaje de atún que podrán pescar los gaditanos. Estos pescadores confían en que al menos se les adjudique la cuota histórica, según lo permitido el año pasado, alrededor de unas 657 toneladas de atún. «Estamos esperando que salga al fin la orden en estos días, pero mientras tanto, estamos atados de pies y manos para iniciar cualquier tipo de negociación», apunta la directora gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almadrabas (OPP), Marta Crespo. Cuando Crespo habla de 'negociación' se refiere a las previsiones que ha de hacer cualquier empresa o sector para saber si será rentable la temporada. Por una parte, han de negociar el precio del atún con los japoneses, compradores mayoritarios de este pescado. Y además deberán estudiar si es oportuno comprar cuota a otros caladeros españoles como hicieron el año pasado, por ejemplo, cuando adquirieron 300 toneladas al caladero vasco, donde no encontraron margen económico suficiente en la captura de esta especie y prefirieron vender. Todo está parado hasta que no se conozcan las reglas del juego en España. Hasta ahora sí se sabe que la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT) ha asignado una cuota general de pesca de atún para esta temporada de 13.500 toneladas frente a las 12.900 del año pasado. De ellas, a los caladeros españoles (incluidas las almadrabas y los pescadores de cerco) le corresponde un Total Admisible de Captura (TAC) de 2.580 toneladas, 88 toneladas más de las que tuvo el año pasado. Este incremento del TAC en España y la recuperación de la especie en el caladero gaditano que observaron los pescadores el año pasado al hacer la 'levantá' hace que el sector mantenga la esperanza de que en esta ocasión les permitan pescar más.

A esto se suma que llegan buenas noticias desde Bruselas. El ministro de Agricultura y Pesca, el jerezano Arias Cañete valoró el pasado jueves la previsión de una subida generalizada de los Totales Admisibles de Capturas (TAC), ya que a partir de ahora se computarán todas las capturas y no sólo las que se desembarcan, cuestión que beneficia también a España, que podrá mejorar su bajo nivel de cuotas, en general para casi todos los tipos de pesca.

Reconocimiento

Pero la noticia positiva de esta temporada que ya se puede contar y que mantiene una puerta abierta a la esperanza de supervivencia de las más de 500 familias gaditanas que viven directamente del sector es que, por primera vez, este arte milenario acaba de ser admitido en la Política Pesquera Común (PPC). «Nos enteramos el pasado viernes y estamos tan contentos que no nos lo creemos. Desde 1989 nos sacaron de la consideración de pescadores y nos han tenido cumpliendo todas las leyes pero sin tener derecho a ninguna ayuda a cambio de cuidar el caladero» (algo que se viene haciendo desde 2006), explicó la directora de la OPP en Cádiz, quien quiso destacar la labor política de intermediación de los últimos meses tanto por parte de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente como del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Como anécdota curiosa que ilustra hasta qué punto puede llegar la incoherencia de un sistema político que ordena diferentes sectores productivos con el mismo rasero, es que no hace mucho les exigieron a las almadrabas gaditanas que instalaran sistemas de localización, similares a los que han de llevar los barcos, «por si se nos ocurría moverlas», apunta Marta Crespo irónicamente. La directora de la OPP insiste en que las cuotas asignadas en los últimos años son insuficientes para que se prolongue la actividad de los pescadores al menos durante seis meses y puedan subsistir. Los últimos dos años, estos trabajadores del mar han contado con el encargo del estudio de recuperación de la especie en el Estrecho por parte del Instituto Español de Oceanografía (IEO), lo que les ha permitido sumar alguna actividad más a las últimas temporadas. «Aunque aún estamos esperando que el IEO nos pague los trabajos del año pasado», apunta Crespo, «por lo que no contamos este año con permanecer en el estudio, desgraciadamente».

Y mientras todas estas cuestiones políticas y científicas se aclaran, los almadraberos van trabajando discretamente. La almadraba de Conil ya ha hecho la cruz, tal y como se dice en el 'argot' almadrabero, es decir, ha iniciado los preparativos en la mar para el calamento.