Pedro Morenés y José Manuel García-Margallo asisten a una sesión de control en el Congreso. :: J. GARCÍA
ESPAÑA

España es el segundo contribuyente a la guerra de Malí

Pedro Morenés admite que el Gobierno analiza «día a día» las necesidades de la misión por si hay que aumentar los efectivos

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España participa de forma activa en la guerra de Malí y en la actualidad es el segundo contribuyente de la misión internacional tras el liderazgo de Francia. El apoyo no solo se traduce en la presencia de un avión de transporte, medio centenar de militares o el compromiso con la Unión Europea de desplegar 54 instructores para la formación del ejército maliense. También supone la cesión a París del espacio aéreo nacional y el uso de nuestras bases aéreas como puente de paso al país africano, que ya han utilizado unos 80 aviones de combate franceses.

Estos son los argumentos del ministro de Defensa, Pedro Morenés, para justificar la contribución española a la misión para recuperar el norte de Malí, controlado por grupos armados de radicales islamistas hasta la intervención aérea y terrestre francesa. En un encuentro informal con periodistas celebrado ayer, Morenés aseguró que, de momento, la aportación es «suficiente» y no se plantea ampliar los efectivos, en referencia a las señales que llegan desde la UE para que disponga 30 militares más para labores de protección de la fuerza de la misión europea. En todo caso, Morenés aseguró que el Gobierno analiza «día a día» las necesidades para tomar las decisiones oportunas, que corresponden al Consejo de Ministros, y que si se decidiera ampliar la contribución habría que pedir la autorización parlamentaria correspondiente.

Para evitar cualquier suspicacia, el ministro negó rotundo que exista alguna «discrepancia» con el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, sobre el protagonismo de España en la misión, después de que este apuntase en un viaje realizado la semana pasada al Sahel que se «van a exigir más esfuerzos de los que se habían previsto» tras detectarse la necesidad de «recursos adicionales, militares, humanos y financieros».

Lejos de entrar en disputa, Morenés reiteró que las propuestas de refuerzo las decide el Gobierno y que la contribución actual «es suficiente». Para ello reveló que desde que comenzó la intervención francesa más de 200 aviones militares y 300 civiles han sobrevolado territorio español y 80 han utilizado las bases españolas para sus ataques aéreos sobre los grupos yihadistas.

Tampoco habrá novedad sobre la no participación del avión Hércules español en operaciones de combate, aunque Morenés confirmó que se está estudiando la petición de Francia para que pueda desplazarse desde Dakar, donde tiene su base, hasta otros aeropuertos de la zona, y la posibilidad de hacer reabastecimientos en vuelo.

Afganistán y Somalia

Más novedades llegan desde Afganistán, donde continúan los planes de retirada «a mejor ritmo del previsto», que restarán un 40% de efectivos a finales de 2013. Morenés anunció que en los próximos días unos 200 militares dejarán Moqur, el segundo puesto avanzado de combate de Badghis, de manera que solo mantendrá en esta provincia la base de la capital provincial, donde está desplegado el grueso del contingente español, más de un millar de efectivos.

En relación con la misión en Líbano, para la que se programa la fecha de 2014 para el repliegue total, Morenés señaló que le preocupa una posible «contaminación» hacia este país de la crisis en Siria.

Asimismo, el ministro confirmó que España participará en la nueva fase de la operación de entrenamiento de las tropas somalíes de la UE, dentro de la misión Atalanta contra la piratería, que prevé trasladar su base desde Uganda hasta la capital de Somalia, Mogasdicio. «El principal problema es la seguridad y hasta que esta no quede garantizada no se dará el paso», afirmó Morenés en referencia a los peligros de la ciudad, de funesto recuerdo para los estadounidenses. En la actualidad, España dispone de una decena de instructores en Uganda.