Iván Ramírez.
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La defensa de Iván Ramírez pide la libertad provisional por cuarta vez

El letrado del enfermero ubriqueño, preso hace más de dos años en Canarias, reitera las dudas «razonables» que hay sobre la muerte de su esposa

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Juraron no darse por vencidos y en esa línea de batalla continúan los familiares de Iván Ramírez, el enfermero ubriqueño que lleva más de dos años y siete meses preso en un centro penitenciario de Gran Canaria, acusado de la muerte de su esposa Laura Aróstegui. Pese a que la Audiencia de Las Palmas ha rechazado en tres ocasiones la petición de puesta en libertad del acusado, la defensa ha vuelto a presentar, por cuarta vez, un escrito ante el juzgado encargado de la instrucción solicitando una modificación de las medidas cautelares para que Iván sea puesto en libertad provisional a la espera de juicio.

Los argumentos plasmados en la petición vuelven a incidir en las dudas «razonable»s que existen en torno a la causa de la muerte de Laura Aróstegui, quien falleciera ingresada en un centro hospitalario de la isla. Un primer informe de toxicología y el de la autopsia aseguraban que la joven había sido envenenada progresivamente y apuntaban al talio como elemento central de la intoxicación. Sucesivas revisiones de esas primeras conclusiones fueron relegando la importancia de la presencia de talio -que aparece, por ejemplo, en los cabellos sometidos a coloración artificial- por la ingesta de medicamentos.

Pero en verano, el caso daba un giro de 180 grados cuando un informe, solicitado por la defensa y firmado por dos reputados profesionales y catedráticos en Medicina Legal, Luis Frontela y Carlos Pérez-Agua, concluía de forma rotunda que la muerte de Laura no se debió a una causa violenta, señalaban errores que habrían cometido los forenses y defendían que el fallecimiento no se debió a una intoxicación - «queda suficientemente claro que no murió por causa tóxica»-.

Esta revelación sirvió para que la jueza de Instrucción -nº2 de Telde- suspendiera el paso previo a abrir el juicio oral y ordenara pruebas complementarias. Pero se negó a autorizar que se realizaran los estudios genéticos que los forenses consultados por la defensa entienden que son indispensables para demostrar que Laura pudo morir de una extraña afección hereditaria: almacenamiento de glucógeno. Dejándolo en mano de la defensa la práctica de esa pericial costeándola la familia de Iván.

Además de las dudas «razonables» que ha suscitado este último informe aportado por la defensa, el letrado de Iván Ramírez apela a la nula posibilidad de que su defendido pueda destruir pruebas si sale en libertad provisional con una instrucción tan avanzada y a punto de cerrarse. Sobre la falta de arraigo del imputado que ha esgrimido en anteriores ocasiones la jueza, la defensa recuerda que el joven ubriqueño tiene trabajo estable en Gran Canaria pero que está dispuesto a personarse en sede policial cuantas veces sean necesarias y que se le retire el pasaporte. Junto al escrito, la defensa ha incorporado 4.246 firmas a favor de la puesta en libertad provisional del joven ubriqueño, quien en este tiempo también ha perdido la custodia de su hijo pequeño, que ahora cuidan los abuelos maternos.