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Los líderes de la oposición iraní cumplen dos años en arresto domiciliario

Seis ONG exigen su libertad mientras la AIEA reconoce que el régimen posee centrifugadoras de última generación en la planta de Natanz

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Mientras países como Túnez, Egipto, Siria, Libia o Yemen celebran el segundo aniversario de los estallidos revolucionarios, seis grupos de derechos humanos recuerdan que los líderes de la oposición iraní llevan este mismo tiempo bajo arresto domiciliario. Mehdi Kerrubi, expresidente del Parlamento, y Mir Husein Musavi, antiguo primer ministro y mano derecha del imánJomeini durante la guerra contra Irak, aprovecharon la 'primavera árabe' para llamar a movilizaciones de solidaridad en las calles de Irán. Una acción que las autoridades de Teherán interpretaron como un desafío.

Los seguidores de Musavi y Kerrubi protagonizaron las mayores manifestaciones que ha vivido la república islámica en protesta por los resultados de las elecciones presidenciales de 2009 en las que fue reelegido Mahmud Ahmadineyad. En respuesta, la cúpula del régimen quiso zanjar el problema purgando en los meses posteriores a los elementos reformistas. Ese proceso de depuración de responsabilidades culminó en 2011 con la detención de los inspiradores de lo que se conoció como 'la ola verde' reformista, algo que las autoridades no quieren que se repita en los próximos comicios previstos para el 14 de junio.

«Durante dos años, Irán ha negado a estas figuras de la oposición los más mínimos derechos sin una justificación legal», reza el comunicado hecho público por la Premio Nobel de la Paz, Shirin Ebadi, que firman de manera conjunta Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Campaña Internacional para los Derechos Humanos en Irán, Federación Internacional de Derechos Humanos y Reporteros Sin Fronteras.

Sin juicio, ni acusación formal, Kerrubi y Musavi permanecen en una especie de limbo en el que de nada les sirve los servicios prestados en el pasado al sistema islámico, ahora en manos del sector ultraconservador. Sus esposas y familiares tampoco se han librado de la persecución y la semana pasada las dos hijas del ex primer ministro fueron detenidas durante varias horas.

Los problemas domésticos quedan eclipsados en la prensa internacional por la carrera nuclear en la que los investigadores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) han certificado que la república islámica cuenta con centrifugadoras de última generación en su planta de Natanz. La última reunión entre los enviados del organismo internacional y los responsables iraníes, celebrada el miércoles en Teherán, no sirvió para acercar posturas a la hora de fijar un acuerdo que permita a los inspectores una investigación a largo plazo para clarificar los fines del programa atómico.

La falta de acuerdo constituye un mal inicio para un mes en el que el Grupo del 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Alemania) volverá a la mesa de diálogo con Irán en Kazajistán dentro de diez días. El objetivo final es conseguir que el régimen detenga el enriquecimiento de uranio y para ello se les volverá a ofrecer el levantamiento parcial de las sanciones, una estrategia de palo y zanahoria que no ha servido de nada hasta el momento.