CÁDIZ

Los mayores de 45 años también prueban suerte fuera de Cádiz

Los desempleados con cargas familiares se unen al perfil de jóvenes licenciados de entre 25 y 35 años que buscan un hueco en el mercado laboral exterior

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La emigración por motivos laborales no es patrimonio de los más jóvenes. Al contrario. Los desempleados mayores de 45 años y con cargas familiares, muchos de ellos procedentes del sector de la construcción, se han embarcado en este viaje y se suman así al nuevo perfil de demandantes de empleo en el extranjero.

En líneas generales, las personas que se sienten más atraídas por la idea de trabajar en el extranjero responden a un perfil claro: fundamentalmente jóvenes, cuyas prioridades laborales son la responsabilidad de su puesto, la autonomía profesional y la perspectiva de hacer carrera en la compañía. Por tanto, se repite el perfil de joven de entre 25 y 35 años, altamente cualificados y sin cargas familiares como el mayor demandante de empleo extranjero. Sin embargo, la tendencia está cambiando y hay cada vez más casos de desempleados mayores de 45 años.

Además, cuando nos centramos en la población femenina en exclusiva, ellas también valoran un buen ambiente laboral y flexibilidad de horarios. Este último es un dato muy clarificador teniendo en cuenta que las políticas de conciliación familiar en gran parte de Europa tienen mayor peso que en España. En cualquier caso, e independientemente de sus motivaciones personales, tanto hombres como mujeres coinciden en que se trata de una oportunidad idónea para aprender un idioma o vivir una experiencia diferente en otro país.

Ligeramente varía el perfil de los profesionales que emigran hacia destinos de Latinoamérica, profesionalmente hablando son expatriados de grandes empresas, profesionales por cuenta propia o trabajadores de empresas medianas que deciden internacionalizar su actividad para ampliar negocio.

En lo que a la edad se refiere, los datos perfilan a jóvenes cuya edad oscila entre los 25 y los 35 años y que aún no poseen responsabilidades familiares. Generalmente cuentan con una formación altamente cualificada, que responde a lo que los sociólogos denominan «emigración selectiva» o «fuga de cerebros». Estos términos se emplean para aludir a la movilidad de perfiles de alta cualificación que encuentran mejores oportunidades laborales fuera de España y que principalmente proceden del área de las ciencias y la ingeniería, especialmente informáticos, arquitectos o ingenieros superiores, aunque cada vez más el fenómeno se produce en campos relacionados con el mundo empresarial.

Los sectores más demandados para trabajar en el extranjero también han sido alterados como consecuencia de la coyuntura económica. Previamente a la crisis los puestos de trabajo que más cubrían los españoles en el extranjero estaban relacionados con la investigación, la medicina y la biología. En la actualidad, esta lista se ha ampliado considerablemente e incluye a los perfiles previamente comentados (ingenieros, arquitectos e informáticos), que han perdido su empleo, llevan tiempo sin encontrar una nueva ocupación o consideran que su trabajo será más valorado fuera de España.