Adolfo Bosch Lería mientras explica su caso en la Casa de la Cultura. | C. C.
SAN FERNANDO

Un tesoro que vale una casa

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Fue una de las noticias con mayor repercusión de aquel año en San Fernando. En la casa de un submarinista y coleccionista se habían encontrado cientos de ánforas y piezas de la época fenicia (en su gran parte) y de gran valor. El registro de su vivienda se produjo en septiembre de 1991 y desde entonces Adolfo Bosch Lería mantiene un pulso con la Justicia y las administraciones, debido a una sanción que ahora amenaza con quitarle su vivienda.

Es algo que se pretende evitar por parte de un grupo de isleños que está intentando paralizar el proceso, motivo por el que piden el apoyo de colectivos y entidades de la ciudad, ya que entienden que se está acometiendo un «atropello» y sobre todo un castigo «demasiado alto» a una persona que nunca ocultó los objetos que poseía «y que pretendía que estuvieran en un museo». De hecho, la gran mayoría de los aficionados a la historia de la provincia conocían su colección y, según afirman amigos y conocidos de Adolfo, en el momento en el que se produjo la denuncia a la Guardia Civil, estaba negociando con el Museo de Cádiz la posibilidad de una cesión, siempre y cuando no se desvinculara de las piezas.

Tras múltiples procesos y recursos, tras sonadas disputas y acusaciones relacionadas con la adquisición de piezas históricas, el caso de Adolfo derivó en una falta administrativa con una multa de 17 millones de pesetas (102.000 euros). Una cantidad a la que no puede hacer frente y por la que se ha dictaminado el embargo y subasta de sus bienes. Y todo ello tras haber pasado 21 años desde el registro de la Guardia Civil a su domicilio.

«Lo que pido es que me condonen la multa y que no me quiten mi casa. Es una sanción desproporcionada que se decidió porque fueron a por mí cuando yo nunca oculté nada y otros casos similares se archivaron. Ahora veo que me lo van a quitar todo», dijo Adolfo en la presentación de su caso en la Casa de la Cultura. Y es que busca apoyo para evitar que esto ocurra y lo necesita de manera urgente, ya que el tiempo corre y el día 27 es la fecha límite para paralizar el proceso.

Sin piezas

Las piezas y ánforas que tenía Adolfo (actualmente con 66 años, jubilado y con un 45% de invalidez) fueron requisadas y tras 21 años hay algunas que están expuestas, aunque la gran mayoría se encuentran a la espera de la resolución de este conflicto. Un patrimonio histórico que el submarinista fue recuperando del mar en sus diferentes inmersiones, que realizó a lo largo de toda la Bahía.

En aquella época se negociaba incluso la posibilidad de que se abriera un museo en San Fernando con ellas, aunque todas las negociaciones se rompieron con la irrupción de la Guardia Civil en su domicilio.