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Los islamistas avanzan en Malí en plena ofensiva francesa

París bombardea los bastiones rebeldes mientras los radicales se hacen fuertes en el oeste del país

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Los ataques aéreos de Francia, que ya entran en su quinta jornada, no han podido evitar que una nueva población caiga en manos de las milicias fundamentalistas de Malí. Mientras los jet Mirage y Rafale y los helicópteros Gazelle siguen castigando los bastiones rebeldes situados al noreste del país, la ofensiva radical se ha trasladado al oeste, donde ayer ocupó la población de Diabaly, en la región de Segou, a unos 400 kilómetros al norte de la capital Bamako. Fuentes del Elíseo reconocieron que la captura tuvo lugar tras fuertes combates entre los insurrectos y el Ejército regular. Los guerrilleros penetraron la noche del domingo en el territorio a través de la cercana frontera mauritana, donde Al-Qaida del Magreb Islámico mantiene varias bases, y siguieron avanzando a pesar de la resistencia de las tropas regulares y los bombardeos que tuvieron lugar a lo largo del domingo en el área en disputa.

El ministro francés de Defensa Jean-Yves Le Drian ha llegado a confesar que la operación no les ha sorprendido porque, según sus propias declaraciones, en la zona se encuentran los elementos mejor organizados y más determinados y fanáticos.

La retirada en el oeste contrasta con las noticias que llegan desde Gao, bastión del grupo Movimiento para la Unicidad y la Yihad (Mujao). Testigos locales aseguran que los milicianos sufrieron 60 bajas por los bombardeos de sus posiciones y han abandonado la ciudad, la más importante del territorio bajo control islamista. Le Drian ha señalado que el desarrollo bélico se encuentra en línea con sus expectativas y que el avance rebelde en el este ha sido bloqueado tras la retirada de la ciudad de Konna del grupo Ansar Dine y su recuperación por las tropas regulares malienses.

Los portavoces franceses también hacen hincapié en la destrucción de la infraestructura logística de los guerrilleros en Douentza, Kidal y Tombuctú y la huida de los extremistas.

Contraofensiva terrestre

No hay noticias de la segunda fase de la campaña. La llegada de las fuerzas militares regionales, imprescindibles para lanzar la necesaria contraofensiva terrestre, carece aún de fechas concretas. Las últimas informaciones aseguran que a, lo largo de los próximos días, se desplegará un contingente al mando del general nigeriano Shehu Abdulkadir formado por unos 3.500 soldados de esta nacionalidad, Níger, Burkina Faso, Togo, Senegal y Benin. La misión está organizada por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental y cuenta con la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su efectividad también es una incógnita ya que su participación estaba prevista para el próximo mes de setiembre.

La inminente recepción de las tropas aliadas ha sido contestada por el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad con un comunicado colgado en su web que manifiesta su oposición a que el Gobierno de Bamako recupere el control del territorio septentrional con la ayuda internacional. Bilal Ag Achérif, presidente de su Consejo Transitorio, sugiere la posibilidad de participar en la lucha y de abrir conversaciones con la Administración. La participación de los tuareg, nativos, laicos e independentistas, constituye una clave esencial en una eventual invasión de la vasta zona controlada por los islamistas.

Hasta ahora, el respaldo internacional a la Operación Cerval francesa se ha concretado en la participación de dos aviones británicos de transporte británico y el apoyo de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que también considera la posibilidad de aportar drones a los vuelos sobre Malí. En cualquier caso, Europa y Norteamérica niegan la posibilidad de enviar tropas de infantería. París cuenta con 550 hombres acuartelados en Bamako y la estratégica ciudad de Mopti.