Más de 5.000 niños, sin comedor por los impagos de Brassica a sus empleados

Carteles en las puertas o llamadas telefónicas. Los directores de los colegios cuyos comedores sirve la firma Brassica hicieron ayer por la mañana todo lo posible para avisar a los padres de que durante toda esta semana no se prestará el servicio de comedor. La huelga de los trabajadores de almacén y de los transportistas impidió ayer que la comida llegara a los centros. A esto se suma que el próximo viernes se unirán a la huelga las monitoras del mismo servicio, con un calendario que alternará días en varias semanas. La plantilla realiza estos paros para reivindicar su salario ya que en el mejor de los casos suman tres meses de impagos (octubre, noviembre y diciembre). En toda la provincia serán unos 5.000 niños afectados, más de 2.000 solo en la Bahía.

Brassica Group es la firma concesionaria del servicio de comedor en 55 colegios gaditanos. Este grupo empresarial es el responsable de dicho servicio en 122 colegios de toda Andalucía repartidos, además de en Cádiz, en Granada, Sevilla y Huelva.

El conflicto laboral es complejo porque la Junta, la responsable última del servicio, asegura que está al día de los pagos y así lo confirman los propios trabajadores que no cobran. Pero el caso toma mayor relevancia si se tiene en cuenta que el propietario de la firma Brassica Group es un viejo conocido en Cádiz. Se trata de Manuel García Gallardo quien fue gerente de Quality Food, empresa de alimentación que estuvo ubicada en la Zona Franca de Cádiz y que tiene abierta una investigación judicial desde hace ocho años por presunta estafa, en el que el juez procesó al empresario, a sus padres, su hermana, a otro empresario y a un director de banco. También es conocido en la provincia porque García Gallardo es el marido de la que fue delegada de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Silvia López, hasta el pasado 31 de julio.

Antecedentes empresariales del propietario aparte, el conflicto laboral se complica porque los trabajadores aseguran que el dinero público que aporta la Junta ha servido para pagar deudas con la Seguridad Social. A pesar de esto, García Gallardo aseguraba ayer en la SER que espera poder pagar las nóminas esta misma semana. Pero ya no tiene crédito entre sus trabajadores. Después de tres meses seguidos sin cobrar y tras más de un año soportando sus problemas de liquidez, los empleados han recurrido a la huelga para denunciar su situación. La delegación provincial de Comercio, Hostelería y Turismo de CC OO en Cádiz confirmó ayer que habrá paro en la actividad en Brassica Group y que afectará a los 55 centros que gestionan en toda la provincia. La situación se recrudeció ayer después de que la reunión del Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla) finalizara ayer sin que las partes llegaran a acuerdo. Como consecuencia, según explicó el secretario provincial de Comercio, Hostelería y Turismo de CC OO, Juan Peris-Mencheta, «sigue adelante la huelga convocada por estos trabajadores, que son más de 350 en la provincia, y que consistirá en 12 días de paros». Las jornadas de huelga empezarán a partir del viernes, día 11 de enero, y seguirán después los días 17, 18, 21, 28 y 30 de enero así como los días 4, 12, 13, 18, 25 y 27 de febrero, si no se llega a acuerdo previamente.

Los colegios afectados

En la capital hay tres colegios públicos afectados: Tierno Galván, San Felipe Neri y Carlos III. Solo en estos centros se verán afectados casi 300 alumnos, que utilizan diariamente el servicio de comedor. Pero municipio más perjudicado será San Fernando donde hay diez colegios que dependen de Brassica y 800 alumnos afectados. Es el caso del de Constitución, el Servando Camúñez, el Juan Sebastián El Cano, San Ignacio, Casería, Eryteeia, Raimundo Rivero, Reina de la Paz, Los Esteros y la Ardila. En El Puerto son siete los centros afectados. Entre ellos el de Valdelagrana, Las Nieves, La Florida, Costa Oeste, Sagrado Corazón, la Gaviota y Sericícola. En Chiclana hay cinco entre ellos Alameda, Al Andalus, El Castillo y Serafín Andrade. En Puerto Real hay solo un centro afectado.

Todo ello cuando ha habido un Sercla en Cádiz entre los empleados y la empresa. Una reunión en la que se ha confirmado que no hay dinero para las nóminas y que existen ciertos retrasos en los pagos por parte de la Junta, si bien lo que se ingresa se lo lleva directamente la Seguridad Social y Hacienda, apuntaron desde el sindicato. Por este motivo el ente público andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE) ha iniciado un expediente de responsabilidad contractual, puesto que no cumple con el servicio, para romper el contrato. Además Educación tiene abierta una investigación por la bajada de la calidad de la comida, después de haber recibido la denuncia de padres y las quejas de directores de centros educativos.

En relación al conflicto colectivo existente entre la empresa Brassica Group y los trabajadores que prestan servicio como monitores en los comedores escolares, la Junta de Andalucía ha querido ser tajante alegando textualmente lo siguiente: «La Consejería de Educación no mantiene deuda alguna con esta empresa. Todas las facturas están al corriente de pago».

Problema de la Junta

Es más, la Junta asegura que el ISE, como órgano contratante de este servicio, ha trabajado desde el primer momento para intentar evitar el conflicto y sigue haciéndolo con el fin de contribuir a buscar soluciones que permitan volver a la normalidad. La Consejería de Educación expresó ayer en un comunicado que lamenta la situación por la que atraviesa la plantilla de Brassica. En el mismo escrito insta a la empresa a que regularice los pagos de las nóminas pendientes. La Junta se declara plenamente consciente «del trastorno que este conflicto genera a las familias que son usuarias de este servicio complementario, por lo que a través de los correspondientes servicios jurídicos se están tomando todas las medidas legales para restituir el servicio en los comedores».

El responsable sindical de CC OO reclamó ayer la intervención de la Junta de Andalucía en este conflicto para que evite que Brassica «dé la espantada sin pagar a sus trabajadores» y que en su lugar ponga el servicio «en manos de una empresa formal y seria que pague puntualmente a su plantilla». En este mismo sentido se pronunciaron parte de los directores de colegio consultados, que han visto cómo el servicio ha ido perdiendo calidad y cómo las monitoras de comedor no cobraban «desde el curso pasado». Ahora piden a la Junta que se responsabilice del servicio y asuma una mayor responsabilidad.