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Un informe que nadie certificó tras tanto tiempo

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Fue en 2010. La obra en un cuarto de baño hizo que se desprendiera el techo de una vivienda. El Ayuntamiento decidió entonces apuntalar los pisos. Durante un año, los vecinos del bloque 5 de la calle Juan Franzón Añino convivieron con estos palos de hierro como si fueran parte de su mobiliario. Hasta que en 2011 aprobaron una derrama a petición de la presidenta para contratar un arquitecto que emitió un informe. «La situación estructural del edificio es mucho peor. Las grietas han aumentado considerablemente, y a mi parecer el apuntalamiento no confiere la seguridad que requiere un edificio en el que hay personas viviendo». Es decir, «el edificio no reúne las condiciones de seguridad estructural mínimas para que el mismo pueda ser habitable». Este documento llegó a manos del Ayuntamiento (entonces gobernado por el Partido Andalucista tras la ruptura del pacto con el PP) y a partir de él decidió emitir una orden de desalojo. Orden que llega a la Junta, propietaria de tres de los ocho pisos del bloque. Ahora bien, ¿cuáles son los problemas estructurales que existen? Se achacó a la aluminosis (fallo de construcción que deteriora el hormigón), aunque no existe informe que certifique que esa sea la razón de las grietas. Durante año y medio el Ayuntamiento no se preocupó por ratificar el informe y buscar la causa, tampoco la Junta que dio por válido este escrito. Así quedó en el olvido, hasta que ahora los inquilinos se encuentran en la tesitura de poder perder sus casas. Izquierda Unida llega a la Junta e informada del problema se pone manos a la obra. Ahora sí existe un informe que certifica que no hay que preocuparse por la aluminosis, algo que se podría haber hecho mucho antes, y se esperan pruebas de carga para comprobar la habitabilidad, así como para detectar el problema y arreglarlo. Un trabajo que las administraciones tendrían que haber acometido desde el principio. Pero, desde abril de 2011 nadie se preocupó ya ni del bloque ni de sus vecinos.