Los disturbios en la capital de México dejan 121 heridos

El centro histórico de la ciudad de México amaneció ayer destrozado tras la violencia desatada el día anterior en los alrededores del Parlamento con motivo del acto de investidura del nuevo presidente, Enrique Peña Nieto. Los enfrentamientos entre la Policía y los opositores al mandatario de Partido Revolucionario Institucional (PRI) provocaron 121 heridos, 9 de ellos muy graves, y 92 detenidos. En este clima Peña Nieto rubricaba en la tarde del domingo el Pacto por México en el Palacio de Chapultepec. Se espera que la iniciativa, trabajada durante dos meses, sea respaldada también por el saliente Partido Acción Nacional (PAN) y, pese a las disputas, por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como otras fuerzas políticas y la sociedad mexicana. El objetivo es que los firmantes -partidos, gobierno federal, gobernadores y legisladores- se comprometan a aprobar 68 reformas necesarias para el país. El acuerdo establece presupuestos y fechas para su cumplimiento.

Durante su discurso de investidura, Peña Nieto convocó al consenso entre los mexicanos. Dijo que su primera tarea será llevar la paz a México. Se comprometió a «cumplir y hacer cumplir la ley» y a trabajar para «despuntar en el siglo XXI», así como a combatir la pobreza.

Respecto a las violentas protestas de la víspera, el gobernador del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, acusó a «grupos anarquistas» de causar los altercados. Cuatro hoteles del Paseo de la Reforma y monumentos históricos resultaron con destrozos severos. Se registraron saqueos en comercios del casco antiguo y otros daños en las inmediaciones del Parlamento.

Según declaró Ebrard, «nunca habíamos tenido una provocación de este tamaño; esto no tiene que ver con una manifestación política aceptable, condenamos todos los actos de barbarie. Ebrard incluso aventuró que esto «fue planeado deliberadamente para afectar la Alameda, que es un símbolo de la ciudad» inaugurado recientemente.

Gira del derrotado

Y mientras el sábado Peña Nieto se dirigía por primera vez a la nación, su rival en los comicios, Andrés Manuel López Obrador, comparecía en la emblemática plaza del Ángel de la Independencia para insistir en que fue derrotado por la compra de más de cinco millones de votos y hacer un llamamiento para la «desobediencia civil pacífica».

Tras su derrota, Obrador decidió separarse del PRD y ha formado su propia agrupación: MORENA. A ella se han incorporado algunas figuras destacadas del 'perredismo'. El político de izquierdas anunció que emprenderá una gira nacional y reiteró que no entrará en negociaciones que implican acuerdos «cupulares» contra el pueblo. «Nosotros pintamos nuestra raya: nada con Peña Nieto, nada con la mafia del poder».

Sin embargo, pese a sus declaraciones, mantiene una beligerancia menos irritante para los capitalinos, quienes hace seis años sufrieron el plantón del político y sus seguidores, que ocuparon durante durante mes y medio el corazón histórico de la capital de México bloqueando el turismo y la actividad empresarial.