UN MOMENTO HISTÓRICO

La historia de las cumbres iberoamericanas se inicia en México en 1991. Desde entonces, en 21 ocasiones los líderes latinoamericanos se han reunido para debatir y reflexionar sobre los problemas comunes de esta gran comunidad que, a pesar de todas las vicisitudes de la historia, se ha mantenido unida, representando uno de los mayores bloques sociopolíticos del mundo. España ha albergado dos cumbres iberoamericanas ya; en 1992 Madrid con motivo del V Centenario del viaje de Colón a América, y en 2005 Salamanca, coincidiendo con su título de Capital Europea de la Cultura. Que Cádiz acogiera en este año 2012 una tercera cumbre era un verdadero reto para el país, pero también para nosotros como ciudad. Y es un reto que hemos conseguido. A un día del inicio oficial de la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, y en plena recepción de las primeras delegaciones de los gobiernos participantes, es momento de que los gaditanos nos sintamos orgullosos.

Desde hace meses, desde antes incluso que comenzara el año 2012, el nombre de Cádiz ha sonado y se ha escrito en miles de artículos y referencias periodísticas. Tuvimos la suerte -quizás por no ser capital de Estado- de que la XXII Cumbre Iberoamericana fuera nombrada desde un primer momento como la Cumbre de Cádiz.

Desde ese momento en el que la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile, en su declaración final, aprobó la sede de Cádiz para esta edición hemos recorrido toda Iberoamérica y parte del mundo con el nombre de la ciudad. Durante estos días somos portada de ediciones nacionales e internacionales de los principales medios escritos y audiovisuales, y las redes sociales priman el nombre de Cádiz desde hace ya meses.

La inversión municipal en términos económicos no es comparable con la repercusión que la XXII Cumbre y todos los actos celebrados durante el año han tenido para la ciudad. Ese balance siempre será positivo y se ha conseguido gracias al esfuerzo y al trabajo, al mucho trabajo, de los funcionarios municipales y de muchas entidades y ciudadanos que han colaborado en ello.

Los frutos ahora sí son palpables y la ciudad se presta a vivir un momento histórico, un evento de primer orden internacional como pocos habrían podido imaginar cuando el Ayuntamiento de Cádiz comenzó, entonces en solitario, a preparar la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812.

Soy concejal del Ayuntamiento de Cádiz y conozco las reglas del juego político. Espero, por tanto, que no todo lo que se haya hecho o se está haciendo cuente con la aprobación unánime de todos los partidos políticos y organizaciones sociales, pero sí deseo y anhelo que el esfuerzo de esta ciudad, de Cádiz, si sea reconocido de manera leal y honesta por todos aquellos que quieran hacer análisis de lo sucedido este año.

Ha llegado la hora de disfrutar como gaditanos del trabajo realizado, la hora de apelar al orgullo de ciudad para mirar con la cara alta al resto de España y al mundo y decirles que somos una ciudad sin límites a la hora de conseguir nuestros objetivos, nuestros proyectos y deseos. Es hora de vivir un momento que pasará a la historia de Cádiz y de España. Un momento histórico.