El ministro de Hacienda defiende los Presupuestos para 2013 desde la tribuna del Congreso. :: S. P. / EFE
ESPAÑA

El Gobierno pide de nuevo «paciencia»

Montoro asegura que los Presupuestos de 2013 serán los del «último año de la crisis»Rubalcaba replica que las cuentas son «una chapuza» y augura nuevos recortes si Rajoy quiere cumplir con el déficit

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno sabe que no obtendrá ni el más mínimo apoyo de la oposición a los Presupuestos para 2013 por lo que Cristóbal Montoro, durante su defensa del proyecto ante el pleno del Congreso, prefirió dirigirse ayer directamente a los ciudadanos, en un intento por lograr su comprensión. Once de los trece partidos del hemiciclo darán hoy un 'no' unánime, pero el Gobierno salvará las cuentas gracias a la mayoría absoluta del PP y al voto de Foro Asturias.

El ministro de Hacienda pidió a todos «paciencia» con los recortes de las cuentas, las más austeras de la democracia, con un ajuste de 13.000 millones sobre 2012, porque, pese a su crudeza, «son las que anuncian el final de la recesión, las que ponen las bases para que 2013 sea el último año de la crisis».

Montoro, en un discurso con cierto tono triunfalista, no ajeno al espaldarazo que la victoria de Alberto Núñez-Feijóo dio a la política de Mariano Rajoy, avanzó que las cifras de ejecución presupuestaria hasta septiembre indican que España puede cumplir su objetivo de déficit público en 2012. Lo que confirmaría, en su opinión, que la política de austeridad y sacrificios que aplica el Gobierno es la acertada.

«El Gobierno está pidiendo un esfuerzo a los ciudadanos, a los empresarios y a los trabajadores públicos», admitió, pero, a cambio, aseguró que «esta crisis se puede vencer» y que los Presupuestos que pretende aprobar, que para indignación del resto de grupos bautizó como «los más sociales de la democracia», son «los que abrirán la puerta al crecimiento, al empleo, y a la esperanza». Eso sí, sobre si el Ejecutivo va a actualizar o no según la inflación de este año el valor de las pensiones no dijo ni una palabra. No fue un olvido ya que fue interrogado una y otra vez sobre ello por todos los portavoces.

«Llegan muertos»

Alfredo Pérez Rubalcaba rechazó, como hicieron todos los que le sucedieron en la tribuna -desde la izquierda a la derecha nacionalista-, que el proyecto de Presupuestos del Gobierno sea la salida de la crisis sino más bien el instrumento para generar «más recesión, más desigualdad, más desempleo y más sufrimiento». Consideró que las cuentas no son más que «una chapuza» y un proyecto que «llega muerto» al Parlamento porque está basado en una cifra de caída del PIB para 2013 del 0,5% cuando el Fondo Monetario Internacional y los principales analistas coinciden en que España al menos reducirá su actividad en un 1,5%. En su opinión, eso significa un notable aumento de los gastos de desempleo, «con hasta medio millón de parados no previstos», y una fuerte caída de los ingresos que dejará en «papel mojado» el resto de previsiones optimistas del Gobierno.

El líder socialista aseguró que la intervención de Montoro estuvo llena de «trucos» y «mentiras». Denunció que el ministro ocultó que si el Gobierno logra acercarse este año al objetivo de déficit será porque en los dos meses siguientes a la aprobación de los Presupuestos de este año tuvo que corregir de arriba abajo sus cuentas con subidas de impuestos y recortes en sanidad, educación, desempleo, dependencia, salarios de los funcionarios e inversiones por unos 30.000 millones.

Es más, señaló que el Ejecutivo también sabe que sus previsiones para 2013 son «increíbles e irreales» por lo que, si quiere intentar cumplir con el objetivo de déficit del próximo año, deberá adoptar un nuevo paquete de recortes e incrementos de impuestos que no ha incluido en los Presupuestos. Entiende que con su política de ajuste duro sin incentivos al crecimiento y al empleo y sin aumento de los impuestos a los que más tienen «solo ofrecen sufrir para empeorar» y avisó al Gobierno de que si no rectifica «nos tendrán enfrente».

Montoro aprovechó su encendido pulso dialéctico con Rubalcaba para restregar al secretario general del PSOE su debacle en Galicia, una derrota que ha reavivado las voces dentro del partido que reclaman su dimisión y un cambio de rumbo. El titular de Hacienda le espetó en la réplica que «esperaba más de usted, un discurso de altura después de los resultados del domingo, no un discurso político de cuarta regional». «Esta era su tarde -añadió-, la tarde para ofrecer colaboración, y la ha desperdiciado con demagogia».

Rubalcaba, en todo momento muy aplaudido por su bancada, endureció el tono de la intervención previa y dijo que el resultado electoral no cambia para nada la naturaleza de los Presupuestos, «que eran una chapuza antes y lo son después». El líder socialista recomendó al Ejecutivo que no se engañe en las interpretaciones porque «los gallegos no han votado a favor de los recortes, por lo que me preocupa que entiendan que les han dado un cheque en blanco, como se desprende de su intervención».